Sin partido el finde, pero con Koundé
los dos en una semana nunca es fácil; que nadie se fíe. A ver si me puedo organizar para ir a ver el partido de la vuelta. Creo que es el 8 de diciembre, ¿verdad? Estoy colaborando con una televisión y no sé si podré ir, pero me encantaría. Voy a intentarlo. medido ha sido el actual campeón de la competición, el Chelsea, con cuatro encuentros. Lopetegui se ha medido a equipos de España, caso del Athletic, de Inglaterra, de Alemania, de Suiza, de Ucrania, de Israel, de Italia, de Francia, de Bielorusia, de Rusia, de la República Checa, pero nunca lo ha hecho ante un conjunto de Austria.
Sin partido en el día de hoy, tras la decisión del Consejo Superior de Deportes de aplazar el Sevilla-Barcelona, Lopetegui podrá seguir con más detalles al primer rival de la Liga de Campeones 2021-22. El Salzburgo, líder en su liga tras ganar los seis partidos que ha jugado, se enfrentará al Tirol a partir de las 17.00 horas. El rival del Salzburgo es antepenúltimo con sólo 5 puntos de 18 posibles en la Bundesliga austriaca.
El francés ha ganado en autoestima. Le ha tenido
que decir el Sevilla lo mucho que vale y lo mal que se tasaba a sí mismo
SÓLO hay algo más odioso que el primer parón liguero de cada temporada, aparte del segundo parón, y es que tu equipo no tenga partido oficial después de esa travesía por el desierto del gusto que suponen los compromisos de la selección de Luis Enrique. Al aficionado sevillista se lo han hurtado entre el club y Javier Tebas, en aras no se sabe muy bien a qué, porque uno no le encuentra beneficio alguno a coger en su día a un Barcelona más rodado que ahora, en una fecha que necesariamente estará más sobrecargada de partidos que en la actual, quién sabe si con una plantilla más limitada (un mes estarán fuera los marroquíes de la plantilla con ocasión de la Copa de África) y con necesidades y preferencias acaso distintas. Y todo para que pudieran estar hoy un titular, un medio qué y un suplente, que, por lo demás, descansados y bien bebidos de mate, podrían suplir de lujo a los titulares frente a los de Luuk de Jong en el partido del martes contra el Salzburgo, en la noche de estrellas.
Resignado a no gozar de su equipo este fin de semana, el aficionado sevillista estuvo pendiente de ver la cara con la que regresaba Jules Koundé de su país. Siempre me pareció un tipo inteligente el central: para lidiar con su suplencia temporal en los inicios, ante la provocación de los contrarios, por su respeto a los árbitros. Por eso me decepcionó su pataleta, luego revestida de consenso, al no querer viajar a Elche y la entrada destemplada, de jugador al que se le había ido la olla y todo lo que rime, a Kolasinac en el Francia-Bosnia. Eso me hizo dudar de qué tipo nos encontraríamos a su vuelta. Pero no, sólo falló un gol debajo del travesaño en el bolo contra el Alavés, que de haber sido frente al Barcelona hubiera levantado más de una suspicacia entre los conspiranoicos.
Koundé no sólo va a ser el mismo, sino mejor. Se juega seguir existiendo para la Premier, la titularidad con Francia, su presencia en Qatar 2022. Además, ha ganado en autoestima. Le ha tenido que demostrar el Sevilla lo mucho que vale y lo mal que se tasaba a sí mismo.