El chuleo

En esto de la luz, somos la pelota del partido de tenis, y vamos de un raquetazo a otro y, como la falsa monea, nadie se la quea

A

Lfinal, esto es un regreso a los tiempos de los juegos infantiles, cuando nos tapaban los ojos con un pañuelo, nos daban varias vueltas y nos dejaban solos. A nuestro alrededor, un grupo de niños, cogidos de la mano, reían y daban vueltas, y nosotros —el de los ojos tapados—, andando a tientas como por una habitación oscura. Ya saben: la gallinita ciega. Pues esto es como la gallinita ciega, pero, a diferencia del juego infantil, nada divertido.

Entre las eléctricas y el Gobierno nos han vendado los ojos con la factura de la luz, nos han dado vueltas hasta marearnos y nos han dejado solos en este verano de España en el que no falta, como ocurre siempre, un canalla con las manos llenas de llamas. Pues así, solos, con los ojos vendados con la factura de la luz, extendemos los brazos en busca del culpable, a ver si lo trincamos y le vendamos los ojos con cinta carrocera enguatada y encima le metemos la cabeza en una olla, y que se maree buscándonos para cobrarnos. En esto de la luz, somos la pelota del partido de tenis, y vamos de un raquetazo a otro y, como la falsa monea, nadie se la quea. El Gobierno, el mismo Gobierno que ayer, cuando era oposición, le echaba las culpas al Gobierno, ahora, sentado en el poder, dice que la culpa es del chachachá, o sea, de las eléctricas. ¡No toques el alambre, que da calambre…! Y las eléctricas, que nos ven como decía del vandaluz mi querido y llorado Carlos Muñiz, «al hilo de las tablas, barbeando…», batallando contra el sino, con media encima que basta, andan ahí esperando a ver si caemos sin necesidad de descabello. ¿Y qué hacemos nosotros, si tenemos que lavar, cocinar, encender la luz, encender el aire acondicionado para no morir achicharrados de calor (aunque muramos achicharrados por el recibo de la luz)? Aquí lo que hay es muy poca vergüenza, malísima memoria y una indecencia proverbial en muchos discursos. Lo que siempre se ha dicho con palabras del pueblo: aquí lo que hay es un chuleo muy grande. ¿A qué vienen estos estoconazos, cuando más falta nos hace una ayuda, cuando más necesidad tenemos de usar la electricidad? ¡Valiente Sierra Morena han levantado algunos para, faca de impuestos en mano, aguardar el paso de la diligencia donde vamos todos, absolutamente todos, a merced del bandidaje de unos y de otros, y sálvense los que puedan, que no serán muchos! La España más panderetera que imaginar podamos, la más chapucera, es preferible a esta de encerrona, buenas palabritas y estoconazo en todo lo alto y si te vi no me acuerdo. Versión del «y tú, más», entre las eléctricas y el Gobierno andan echándose la culpa, el «Eso, ellos…» Y nosotros, en medio, con los ojos vendados, ciegos como la gallinita.