Un catálogo de desperfectos
ron el pasado mes de mayo para reemplazar el antiguo anfiteatro construido en 1992, en un espacio polivalente que aproveche la energía geotérmica para lograr una refrigeración natural. Es el proyecto Qanat y estará terminado el próximo año.
Ese será el punto de partida de otra actuación importante: la que transformará la isla en un parque energéticamente autosuficiente. Este proyecto lo lidera Endesa con la adhesión de un buen número de empresas e instituciones de la zona y abarca desde la instalación de paneles solares en los edificios, la rehabilitación de muchos de ellos y la creación de aparcamientos inteligentes. Para ello ha involucrado a la Junta y al Ayuntamiento. Sin embargo, no será una realidad hasta 2025 cuando el equipo municipal de turismo ya espera atraer a los turistas a la zona que actualmente visitan poco, sólo en contadas ocasiones o cuando se despistan de las rutas habituales por la ciudad.
Antiguos elementos que se conservan de la Expo están totalmente abandonados. Tampoco se han desmontado estructuras que ya no sirven y que afean el paisaje. El recinto precisa de un mantenimiento que no termina de llegar.
Se encuentra plagado de jaramagos sin un plan para su limpieza definitiva.
Se instala junto al monasterio de la Cartuja, el edificio de mayor valor arquitectónico del recinto, y está provocando un deterioro acusado tanto de las aceras como del carril bici. Su uso indiscriminado pone en riesgo a los ciclistas.
El conjunto de maquetas de monumentos andaluces situado a escasos metros de Isla Mágica se encuentra totalmente abandonado y cubierto de vegetación silvestre. Era uno de los lugares destacados de la muestra universal.
Han perdido la vegetación original y están invadidas de óxido y verdina.
Las aceras se encuentran levantadas en muchos tramos por la fuerza de las raíces, pero no se han renovado. Las vallas también están deterioradas y abiertas en algunas partes.
Las más antiguas se encuentran rotas sin que se hayan renovado o arreglado en estos años.