La sequía condiciona una campaña de verdeo de media a baja producción
En la provincia de Sevilla se estima que no se alcanzarán las 500.000 toneladas
«Hay olivos que hasta sin aceitunas se están secando, ya no tienen sangre para resistir», así se expresa Adriá Moreno, un joven agricultor de Arahal, centro neurálgico de la campaña de la aceituna de mesa en la provincia de Sevilla. La tierra no tiene jugo, es decir, agua, porque lleva muchos años sin llover lo suficiente. El olivar de secano se apaga poco a poco mientras los agricultores miran de reojo la proliferación del cultivo intensivo o superintensivo que se extiende casi sin aviso por las tierras donde hasta hace poco había olivos centenarios. Y estos días no miran al cielo, buscan información en las aplicaciones de sus teléfonos móviles sobre las previsiones de lluvia para el próximo mes. Empieza la cuenta atrás: la última oportunidad de conseguir que mejore la producción de las dos variedades principales de la provincia de Sevilla, la manzanilla y la gordal.
La campaña de recogida de estas dos variedades acaba de comenzar, aunque la mayor parte de los agricultores esperan que septiembre traiga varios chaparrones para refrescar el árbol y acabar de engordar las aceitunas.
En Arahal, considerada la cuna de la aceituna de mesa, las previsiones apuntan a una cosecha superior a la media con respecto a otras comarcas. Los agricultores estiman que en esta campaña se recogerá entre un 60 a un 70% de la capacidad total de producción. En total, en la provincia de Sevilla estiman que no alcanzará las 500.000 toneladas. «Aquí será la cosecha de media a alta y en otras zonas de media a baja», específica Francisco Manuel Fernández, agricultor arahalense.
De momento, en este municipio, los primeros puestos de recepción de aceitunas abren esta semana, como la planta de Las Virtudes de Oleand Sociedad Cooperativa Andaluza, además de otras empresas locales. Por su parte, la Sociedad Cooperativa Labradores de La Campiña, que reúne a 385 agricultores de la zona, tiene previsto iniciar la recepción de aceitunas del 10 al 15 de septiembre. Según su presidente, Francisco Humanes, la campaña está condicionada por la sequía. «Este año ha empeorado una situación que se viene arrastrando muchos años. En primavera ha llovido menos que otras veces y los olivos de secano están en muy malas condiciones», explica Humanes.
Es lo mismo que describe Adrián Moreno, que pronostica una campaña «muy corta». «Han caído 150 litros de agua en 2021. Ahora cavas un hoyo y no hay humedad, la tierra está como el cemento». En esto coincide también Francisco Manuel Fernández que es ingeniero agrícola y gestiona las tierras de olivar de su familia. Este agricultor destaca que en Arahal la producción es algo mejor que en el resto de las comarcas olivareras con aceituna de mesa, como el Aljarafe, Alcalá de Guadaíra, Utrera y algunos pueblos de la Campiña sevillana. Pero aun así, actualmente la campaña no acaba de empezar porque «las manzanillas necesitan más jugo para engordar, tienen poco calibre».
Fernández asegura que hay zonas de secano donde la producción ya se ha perdido y «la aceituna está agostada». Por eso vaticina que del 70% de producción verdeable, un 20% se dejará para molino, es decir, para aceite, producto que en los últimos meses ha visto incrementar su precio hasta en un 50 % con respecto al año, pasado lo que sin duda hará más rentable enviar el fruto a las almazaras. «En los pagos donde la aceituna no tiene tamaño, quedará para aceite, que se cotiza al alza», afirman.
Mientras tanto, los agricultores de esta zona vuelven a estar pendientes, un año más, de los precios de la aceituna manzanilla que aún están sin especificar.