La falla de Averroes acecha al litoral oriental
La actividad de esta fractura generaría que llegarían antes de 35 minutos a las costas de Málaga, Granada y Almería
DURANTE toda la semana, el Gobierno de Pedro Sánchez y sus principales terminales políticas y mediáticas han estado intentando convencernos de que el principal problema de España es de odio. Odio homófobo, para ser más concretos. Del que se ha responsabilizado torticeramente, y de manera directa, a una ideología en general, y a un partido político (Vox) en particular. Formación a la que le recuerdo muchas tomas de posición cuestionables (inmigración, por ejemplo), pero ninguna precisamente en este tema.
Sin embargo, hay un cierto interés en los administradores de este país en hacernos ver que estamos volviendo camino de la caverna. Que por culpa del de enfrente seguimos la senda talibán. Y si para demostrárnoslo es preciso utilizar la mentira como herramienta, qué más da. El discurso de nuestro presidente ya se basa en la falta absoluta de palabra. Por qué sus campañas iban a aferrarse a hechos veraces.
Muy pocas horas después de que confesara su trola el chaval de Madrid que motivó estos días de surrealista escarnio, algún indeseable, o unos cuantos, le prendían fuego al monte junto a la Costa del Sol. Por dos sitios diferentes y cuando las condiciones atmosféricas peor pintaban: viento y calor extremos, escasa humedad... Estos sí sabían lo que se hacían.
¿Es responsable nuestra administración de que existan malnacidos así? No cometeremos el mismo error de culpabilizar a quien no se debe de la catástrofe natural cometida en Málaga. El mal existirá siempre y tontos del culo (aunque se lo borden) no nos van a faltar nunca. En lo forestal y en lo sexual. Y son ellos quienes deben ser inculpados por sus actos.
Pero quizás, sólo quizás, puede que si nos pasamos la vida cogiendo alúas con temas inventados, estemos alejando el foco de los problemas reales. Y con el único objetivo de perpetuarnos en el poder —sin importar la trinchera de rencor que cavemos en la sociedad— olvidemos hacer frente a ellos. Habrá que esperar a que encuentren a uno de Vox con un mechero para que se les ocurra endurecer las penas para estos terroristas forestales. De otra forma, ni de coña. n tsunami puede tener diez o más olas destructivas en doce horas, y la última puede ser más demoledora que la anterior, se parece más a la inundación de un río o a una montaña de agua con escombros. Así podría llegar al litoral oriental andaluz sin que los sistemas de alerta actuales funcionaran con éxito, tal y como han concluido en un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Los trabajos realizados revelan un nuevo proceso de formación de tsunamis en la falla de Averroes, en el Mar de Alborán, frente a las costas de Málaga, Granada y Almería. Esta gran grieta, con dos tramos, uno de ellos de 16 kilómetros de largo, ha sido tectónicamente activa desde finales del Mioceno hace cinco millones de años.
«Estas olas gigantes pueden representar una amenaza para las poblaciones costeras, dañar infraestructuras marinas y terrestres, y provocar una crisis económica y medioambiental. Estos resultados resultan vitales para mejorar las medidas de planificación encaminadas a la mitigación del impacto de un posible tsunami», explica el investigador del CSIC
Ferran Estrada, del Instituto de Ciencias del Mar.
La falla de Averroes generaría olas de seis metros de altura y tardarían en llegar a la costa entre 21 y 35 minutos, un episodio demasiado rápido para los sistemas de alerta temprana actuales. Ésta es la gran advertencia que realizan los investigadores para que se reevalúen los diferentes mecanismos que detectan con anticipación la catástrofe.
Podrían desatarse terremotos cuyas olas llegarían a localidades costeras como Balerma, Almerimar y Adra, en Almería, pero también pueblos del litoral de Málaga y Granada, y las costas marroquíes. Los tsunamis se desencadenan por
Udesplazamientos súbitos del fondo marino y suelen originarse por la actividad sísmica de las fallas normales e inversas. Sin embargo, las fallas de salto en dirección, que separan bloques que se desplazan lateralmente, se suelen descartar como agentes desencadenantes de fenómenos catastróficos.
«La falla de Averroes presenta en su extremo noroeste un salto vertical de hasta 5,4 metros que habría generado un terremoto de magnitud 7 en la escala de Richter. Hemos estudiado la actividad de la falla de los últimos 124.000 años y, según los registros históricos, el último terremoto generado por esta fractura pudo haber sido en el año 365 de nuestra era», añade Estrada.
Seísmos superficiales
Desde abril y hasta agosto de este año se está registrando un aumento de la actividad sísmica al sur del Mar de Alborán. Según el Instituto Geográfico Nacional
La Junta ha analizado el riesgo en la costa de Cádiz y Huelva, pero aún está pendiente la zona más amenazada por un tsunami
(IGN) se trata de terremotos en su mayoría superficiales, con una profundidad menor de 20 kilómetros y magnitudes inferiores a 3 en la escala de Richter. Sin embargo, hasta primeros de septiembre se han registrado 18 fenómenos sísmicos de magnitud superior a 4, en su mayoría sentidos en Melilla y también en localidades de la costa de Málaga, Granada y Almería. Desde el 1 de abril hasta el 3 de septiembre el IGN calcula un total de 2.355 terremotos en la zona, de los que al menos 129 han sido apreciados por la población.
Para la monitorización y cálculo de la actividad sísmica en tiempo real hay más de 100 estaciones de velocidad y otras 13 de aceleración repartidas por