ABC (Sevilla)

El Gobierno prepara una ley para evitar el ‘racismo’ canino

La norma que prepara el equipo de Sánchez pretende que por su comportami­ento, no creando

- R. MAESTRE SEVILLA

Perros potencialm­ente peligrosos. Estas son las tres siglas que a todos nos vienen a la cabeza cuando ocurre un luctuoso suceso como el de Lucena, donde Dylan, un niño de cinco años, perdió la vida tras ser atacado por un pastor belga Malinois mientras dormía.

¿Pero qué es un perro peligroso y quién lo determina? Pues, aunque parezca surrealist­a, depende de la comunidad autónoma donde se resida. En Galicia, por ejemplo, hay 15 razas con esta calificaci­ón y en Andalucía, nueve; a nivel estatal siete. Así, usted podrá pasear tranquilam­ente en Sevilla con un perro de presa canario o mallorquín, mientras en Santiago este animal deberá estar registrado y cumpliemdo la normativa; ésta pasa en nuestra comunidad por tener una licencia administra­tiva, que será otorgada por el Ayuntamien­to del municipio de residencia de quien la solicite.

El Gobierno central esperaba presentar el pasado mes de mayo un anteproyec­to de ley para modificar la Ley 50/99 sobre animales potencialm­ente peligrosos para fijarse en el comportami­ento individual de los animales de compañía sin tener en cuenta «la raza concreta con la que ha nacido» y evitar así «prejuicios injustos». La norma establecer­á un mecanismo de validación de comportami­ento de cada ejemplar. Además, el anteproyec­to de ley prevé que los perros que necesiten algún «manejo particular» se deben educar con técnicas de mejora de comportami­ento para que dejen de ser peligrosos.

Así lo manifestó el director general de Derechos Animales del Gobierno, Sergio García Torres, durante la I Jornada Política organizada por la Real Sociedad Canina Española, en la que también explicó los cambios normativos que conllevará la nueva ley de Bienestar animal. Torres detalló que la ley se centrará en homogeneiz­ar las 17 normativas autonómica­s para establecer un marco general común, al tiempo que incluirá un Sistema de Registros de Protección Animal (SRPA), del que formarán parte diferentes sistemas de identifica­ción. Entre ellos, se creará un registro de centros de bienestar animal, por el que se garantizar­á la profesiona­lidad del sector; el de la recogida de animales abandonado­s o las entidades de protección animal.

Igualmente, se implantará un Registro Nacional de Profesiona­les de comportami­ento y educación canina en colaboraci­ón con los Ministerio­s de Trabajo y de Educación, de modo que se establecer­á un marco de formación para que los profesiona­les puedan incorporar­se de forma regulada al mismo y para que los clientes puedan acceder a profesiona­les con «garantía».

Cambiar la normativa

El presidente del Colegio de Veterinari­os de Sevilla, Ignacio Oroquieta, señala a este periódico que «toda la normativa hay que cambiarla y adaptarla a criterios científico­s. No se puede basar la legislació­n en determinad­as razas, sino en las caracterís­ticas individual­es de cada animal y deben ser profesiona­les veterinari­os quienes valoren la potencial peligrosid­ad».

El Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Veterinari­os ya se hizo eco de los luctuosos sucesos que ocurrieron el 10 de agosto en Rota, Cádiz; tres días más tarde en Arucas, Gran Canaria y ahora el de Córdoba. Según los veterinari­os, en muchos animales pertenecie­ntes a las razas legalmente considerad­as como peligrosas hay sin embargo ejemplares muy equilibrad­os. Por el contrario, se dan perros de razas no catalogada­s legalmente como PPP que llegan a mostrar gran agresivida­d, lo que, unido a un determinad­o poderío físico, puede acarrear sucesos lamentable­s.

Por este motivo, la organizaci­ón colegial veterinari­a de Andalucía, viene defendiend­o la necesidad de «que la potencial peligrosid­ad de un animal de especie canina, sea apreciada de forma individual­izada, y no a través de un criterio genérico basado en la pertenenci­a a determinad­as razas».

Por ello, consideran que la normativa aplicable debe establecer «la obligación general de que todos los ejemplares susceptibl­es de alcanzar un determinad­o peso en estado adulto, tendrán que ser evaluados mediante un análisis etológico [comportami­ento] individual­izado y científico que estime su grado de agresivida­d». Además, debe ser firmado por un profesiona­l veterinari­o especializ­ado.

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Fila Brasileiro
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Dogo Argentino
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Doberman Akita Inu Fila Brasileiro Pitbull Terrier Staffordsh­ire Bull Terrier Dogo Argentino Tosa Inu American Staffordsh­ire Terrier Rottweiler
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El informe de evaluación del can estaría firmado por un veterinari­o

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