Carballés no llegó a estar cómodo dentro de la pista y perdió los nervios hasta el punto de cuestionarle una bola al árbitro
Todo el papel agotado en el Club Tenis Betis para ver la final de la Copa Sevilla ATP Challenger. Dos españoles se batían por el trofeo del Giraldillo, los 90 puntos y un premio económico de más de 9.000 euros. A un lado de la pista, Roberto Carballés Baena, granadino de 28 años, número 95 del ranking. Al otro, Pedro Martínez Portero, valenciano de 24 y 75 de la ATP. Esta era la quinta vez que se veían las caras en un partido oficial, aunque nos son pocas las veces que se han entrenado juntos. Todas las ocasiones anteriores la balanza había caído del lado del granadino, pero esta vez no fue así.
Se antojaba una larga tarde-noche de tenis debido al carácter luchador de ambos jugadores, y la duración del primer juego daba a entender que así sería. Doce minutos tardó Carballés en llevarse su saque en un parcial en el que Martínez tuvo dos puntos de rotura. El valenciano servía para igualar, algo que no le costó. Los siguientes dos juegos fueron rápidos y parecía que el partido cogía ritmo. Sin embargo, en el quinto se vivió una nueva lucha que acabaría con Martínez rompiendo el saque del granadino. Confirmaba el break con su servicio necesitando dos ventajas antes de cerrarlo. El 75 del mundo estaba desplegando un juego diverso desde el fondo de la pista a la red con potencia y también con golpes delicados, colocando la bola donde quería. Todo esto propició que volviera a hacerle un break a su contrincante
Martínez, muy dominante en el juego en todo momento, llegó a romper cuatro saques de su rival en el segundo y definitivo set