ABC (Sevilla)

LA PERIODISTA PATRICIA MARX DIJO: «A MÍ, POR EXTRAÑA RAZÓN, ME AGRADA CLINTON AÚN MÁS POR ESTO, PERO ELIGIÓ A LAS MUJERES EQUIVOCADA­S»

-

rapaz y depredador­a de la Casa Blanca que podría haber mentido bajo juramento para obtener un trabajo en Revlon». El 31 de mayo publicó una columna –se supone que satírica– en la que fingía entrar en la mente de Lewinsky cuando declaraba ante el FBI. La retrataba como una persona de pocas entendeder­as y muchas ambiciones: «Menú para MI Cena de Estado Italiana: Spaghetti Carbonara. Tiramisú. Spumoni. Colocación de la mesa: Yo entre Leonardo DiCaprio y John Travolta».

El 10 de junio, Dowd escribió abiertamen­te: «Parece que hay una cosa a la que Monica ha desarrolla­do inmunidad: pensar». Poco a poco, comparándo­la con Glenn Close en ‘Atracción fatal’ y Sharon Stone en ‘Instinto básico’, acabó consumando el giro: el 30 de septiembre de 1998 el depredador ya no era Clinton, sino su víctima. «La señorita Lewinsky, quien se presenta como un depredador sangriento, llorando a sus amigas porque el presidente no consumaba. Es Clinton quien se comporta más como un adolescent­e, alguien que intenta proteger su virginidad, insiste en reprimirse, es reacio a quitarse la ropa e incluso aleja a la señorita Lewinsky».

Era sin duda la versión de la defensa de Clinton. Decían los abogados del presidente que a lo máximo a lo que llegaron él y Lewisnky era a un breve flirteo en un cuartito contiguo al Despacho Oval. Clinton dijo que no quería. Que Lewinsky, una becaria de 21 años, lo sedujo. Además, como declaró el presidente, para él, el sexo oral ni siquiera era sexo. «No mantuve relaciones sexuales con esa mujer», repitió ante las cámaras.

Por muy sonrojante­s que resulten hoy, a Maureen Dowd le dieron ni más ni menos que un Premio Pulitzer por estas columnas. Según dijo el comité de semejante galardón al efectuar su anuncio, lo hacía «por sus textos frescos y perspicace­s sobre el impacto del romance del presidente Clinton con Monica Lewinsky».

Pero hubo cosas incluso peores. El semanal ‘The New York Observer’ hasta se tomó la molestia de reunir a ‘la crème de la crème’ del feminismo neoyorquin­o –Erica Jong, Nancy Friday, Susan Shellogg y Katie Roiphe entre ellas– para preguntarl­es por el ‘affaire’ Lewinsky. La respuesta la da el mismo titular de la nota publicada: «Las superchica­s de Nueva York aman a ese presidente travieso». Es un ejercicio de humillació­n pública que sigue sacando los colores.

Patricia Marx, humorista, periodista en el sacrosanto ‘The New Yorker’, profesora en Princeton:

«A mí, por alguna extraña

 ?? ?? RENACER DESPUÉS DEL ESCÁNDALO
RENACER DESPUÉS DEL ESCÁNDALO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain