Veinte años de proyectos fallidos de la comunidad musulmana sevillana
De Bermejales a Sevilla Este, las organizaciones islámicas suman ya seis iniciativas planteadas
para el turista musulmán, el que llega a la ciudad con cierto poder adquisitivo y que carece de información suficiente y que no sabe dónde ir a rezar, dónde están las mezquitas, los sitios donde poder comer con gastronomía halal... Apenas se ha trabajado ese sector, y podría resultar todo un nicho de negocio pues «a los musulmanes con dinero que viajan la idea de venir a Sevilla les apasiona, les parece un destino perfecto. Pero cuando llegan aquí no tienen un lugar que les sirva de referente». Insisten, además, en una «propuesta general de establecer un órgano de comunicación y diálogo permanente entre la comunidad islámica y los órganos públicos y políticos».
Desde el Ayuntamiento aún no se ha dado respuesta alguna a la petición de esta organización islámica, que realiza sus ritos religiosos en un pequeño local junto al parque Amate y lleva años reclamando la posibilidad de disfrutar de un lugar para el culto «con mayor espacio y dignidad». El Gobierno local, por su parte, está tramitando el traslado desde el Pabellón de Marruecos, que se quedó pequeño para sus funciones, al antiguo Pabellón de Telefónica, obra del arquitecto regionalista Juan Talavera, que lo diseñó en 1925 en una sola planta. Los más de mil metros cuadrados que tiene el inmueble sí serán suficientes para concentrar el servicio al completo .
En unos meses el Pabellón de Marruecos quedará completamente libre para albergar otra actividad, pero antes habrá que realizar una serie de obras de mantenimiento que asumirá el Consistorio, como ya se anunció. El equipo municipal aún no ha querido avanzar los planes que hay para este inmueble, aunque admiten que hay varias opciones en estudio. Una de ellas bien podría ser la que encaja con esta solicitud de la comunidad musulmana. También diversas fuentes municipales han apuntado al interés por parte del Consulado de Marruecos de trasladar allí su oficina, que ahora mismo se encuentra en el antiguo Pabellón de la Naturaleza de la Exposición Universal de 1992.
Tras varios años de paréntesis por la pandemia, el proyecto de una gran mezquita en Sevilla vuelve a estar encima de la mesa de las comunidades islámicas locales, que vienen demandando instalaciones «adecuadas» desde hace ya más de veinte años sin resultado. En 2016 protagonizaron el quinto y último intento hasta la fecha, en este caso con una profusa difusión de un ambicioso plan urbanístco en Sevilla Este por parte de la Comunidad Ishbilia, la que acaba de plantear la cesión del Pabellón de Marruecos del 29, una de las principales de la capital andaluza, aunque no la única. De hecho, tanto este grupo como el que hasta ahora había impulsado la idea de un centro de culto de envergadura, la Fundación Gran Mezquita de Sevilla, han hecho siempre un importante esfuerzo por desmarcarse el uno del otro conforme se han ido anunciando las diferentes propuestas.
Estos últimos, los responsables de la Fundación Gran Mezquita, fueron los promotores del primer plan de construcción de una mezquita sevillana, la que iba a ubicarse en Los Bermejales tras un acuerdo en 2004 con el Ayuntamiento —éste cedía la parcela junto a la ronda SE-30— que luego se quedó en papel mojado a causa de las intensas movilizaciones vecinales en contra de que se levantara allí el templo musulmán y por el revés del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que tumbó el proyecto por los «vicios en el proceso» a raíz de la denuncia ciudadana. Aquella comunidad islámica que quería instalarse en Bermejales —y después, también