La Olavide tendrá aulas al aire libre para verano e invierno
Oliva las llama «ágoras de aprendizaje» y cree que se extenderán a otras universidades
La Universidad Pablo de Olavide (UPO) inauguró ayer sus cuatro primeras aulas al aire libre, un espacio creado como opción contra el Covid y que se constituye como una iniciativa novedosa, hasta ahora inédita en otras universidades. Aunque, tal y como adelantó ABC, estas aulas comenzaron a utilizarse la pasada semana por algunos docentes, el rector, Francisco Oliva, hizo una visita a los nuevos espacios que han supuesto una inversión de 80.000 euros para la universidad.
Según Oliva, la idea surgió cuando se dieron cuenta del espacioso campus del que disponen y se inspiraron en iniciativas similares de universidades norteamericanas y canadienses. «La UPO es la primera en hacerlo aunque me consta que hay otras que quieren hacer algo similar», dijo el rector asegurando que, aunque acaban de empezar, todos los profesores y alumnos que han probado coinciden en que es «una experiencia fantástica».
«Estamos muy contentos de ser pioneros. En España casi seguro que somos los únicos», dijo Oliva presumiendo de que la Olavide siempre ha sido una universidad «pionera y a la vanguardia». «Estoy seguro que esto va a acabar calando en todos los campus» insistió Oliva,
El rector recordó que ese espacio, en plena naturaleza, ofrece ventajas como permitir a los alumnos quitarse la mascarilla y que las clases sean diferentes, aunque no se puedan utilizar algunos medios tecnológicos y no existan los pupitres para que los estudiantes puedan apoyarse. «Los alumnos se lo han tomado muy en serio como lo que es una especie de ágoras de aprendizaje en las que se intenta salir de la rutina» y se va a otros sitios «más inspiradores» y cree que da inmensas posibilidades no sólo para las clases, sino también para seminarios, charlas y otras actividades culturales.
El rector recordó que Sevilla es una ciudad que ofrece esas posibilidades por el clima. El experimento se ha ideado para que haya dos tipos de aula, de verano y de invierno.
Se trata de cuatro aulas, dos inmersas en espacios naturales, en los pinares, y otras dos en zonas ajardinadas aprovechando estructuras arquitectónicas. Las primeras, como están a la sombra y son, por tanto, más frescas, pueden considerarse aulas de verano.
Las otras, al sol aunque con lonas para protegerse del calor, pueden considerarse de invierno.
Las de los pinares tienen capacidad de 61 y 54 personas respectivamente y se ubican junto al parking y cuentan con bancos de madera y una pizarra. En cuanto a las que están ubicadas en zonas ajardinadas, tienen una capacidad de 80 y 82 personas y con asientos aprovechando desniveles de las estructuras arquitectónicas, por ejemplo, escaleras. El techo son velas de sombra, toldos con forma triangular.
El rector hizo ayer balance positivo de las dos semanas que llevan desde que se ha vuelto a clase. Según Oliva,
hasta ahora no se ha producido ningún caso de Covid ni ningún brote. En este sentido afirmó que los estudiantes han asumido que deben llevar mascarillas y que las ventanas deben estar abiertas. Además insistió en que los alumnos han respondido a la llamada a la vacunación y han acudido a vacunarse al dispositivo montado
El rector de la UPO, satisfecho por la vuelta, admite que la universidad no se habría digitalizado si no fuera por el Covid
en la plaza de América de la universidad. En las jornadas en las que se ha administrado la inmunización han acudido 94 estudiantes, sobre todo algunos a los que le faltaba la segunda dosis o que se encontraban fuera de la ciudad cuando les tocaba pincharse.
El rector insistió en que había «muchas ganas» de volver a clase y dijo que las cámaras que se compraron para este curso y que ahora están apagadas, ofrecen inmensas posibilidades para utilizarlas para seminarios y reuniones con grupo de investigación. «Si no fuera por el Covid no habríamos hecho esta inversión y digitalizado la universidad», admitió.
Ayer se vio a algunos estudiantes en las gradas de las aulas de invierno tomando el sol. En las de verano, más frescas, había menos estudiantes, algunos de los cuales utilizan los merenderos que hay en la zona. «En invierno habrá que venir abrigados», decía un estudiante.