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Ha decidido suspender la ejecución de la euroorden de Llarena al considerar que no puede tramitarla mientras haya dos cuestiones pendientes de resolución por parte del Tribunal General de la UE y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Que Puigdemont queda en libertad y que no se decidirá sobre su entrega hasta el momento en el que haya un pronunciamiento sobre esos dos aspectos: la cuestión prejudicial que Llarena planteó al TJUE sobre el alcance de la euroorden y una decisión definitiva sobre la inmunidad del ‘expresident’, retirada por el Parlamento Europeo el pasado marzo.
El magistrado del Tribunal Supremo había solicitado la entrega inmediata del prófugo en cumplimiento del acuerdo marco de la euroorden y había desvinculado las decisiciones que tienen que tomar los tribunales europeos sobre los dos asuntos citados, del cumplimiento de la orden de detención y entrega. A juicio de Llarena no había impedimento en que Puigdemont esperara en prisión la decisión de los tribunales europeos.
De ninguna forma porque no le ha impuesto ningún tipo de medida cautelar, como podría haber sido la obligación de permanecer en Cerdeña hasta que se reanude la quiere insistir en el resto de países de la UE, que lo haga, pero perderá. Lo que ha dictaminado el tribunal italiano «será lo mismo que decidirán todos los tribunales de la UE excepto uno, el del Estado español».
Puigdemont se mostró irritado cuando señaló: «He comparecido ante tres jurisdicciones diferentes: belga, alemana e italiana. En estos cuatro años, en estas tres jurisdicciones, España no ha obtenido ninguno de sus objetivos políticos»; y añadió un «basta», más dirigido al Gobierno que al sistema judicial español, al incluir el concepto político para resolver lo que el nacionalismo y el PSOE definen como «el conflicto político». El ‘expresident’ incluso, irónico pero serio, llegó a reclamar que la UE tome medidas contra España: «¿España continúa siendo miembro de la UE? Como europeísta, estoy preocupado porque se comporta al margen de los estándares europeos». Y concluyó: «Estamos aquí gracias a Europa». ejecución de la euroorden, una vez resueltas las dos cuestiones europeas.
Pese a que Llarena dejó claro ante la Corte de Sassari que el expresident no gozaba de inmunidad porque el Tribunal General de la UE rechazó reactivarla el pasado 30 de julio, la Corte italiana enmienda al TGUE y a Llarena y asume que puede circular libremente por todos los países de la Unión (excepto por España) como eurodiputado.
Pese a que el juez Llarena recordó ayer que las órdenes de detención están vigentes y que, por tanto, ambos deberían ser detenidos, la policía italiana se limitó solo a identificarlos.