Yolanda Díaz gana a Nadia Calviño
Dispuesto como está a dar todo
a Unidas Podemos por sus votos, ¿que no dará a los independentistas por los suyos?
HABÍA la casi convicción de que la política económica del Gobierno iba a llevarla Nadia Calviño, por su brillante currículo y sus excelentes relaciones en Bruselas, donde llegó a llevar el presupuesto de la Comunidad Europea. Pero aunque hoy ocupa la Vicepresidencia Primera, su papel ha ido palideciendo, mientras otros miembros y miembras, como diría alguna componente del extenso gabinete, sin tanto mérito y sin tanto relumbrón, ganaban muchísimo protagonismo y poder de decisión.
Acabamos de verlo en un momento crítico como el que atravesamos, cuando están en juego asuntos tan trascendentales como la nueva ley de la Vivienda y los próximos Presupuestos Generales del Estado. Visto que las negociaciones sobre ellos entre los dos socios de Gobierno no avanzaban, Pedro Sánchez convocó al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y María Jesús Montero, ministra de Hacienda por el PSOE, junto a Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, e Ione Belarra, ministra de Asuntos Sociales por parte de Unidas Podemos. Sin que Nadia Calviño apareciera por ninguna parte.
Mucho apunta que la quiere sólo para convencer a alemanes, franceses y demás aliados de que suelten la pasta de los fondos de recuperación lo antes y más pródigamente posible. De poner de acuerdo a los podemitas ya se encargaría él. ¿Cómo? Pues dándoles lo que pedían: un límite a los alquileres, 250 euros mensuales a los inquilinos de menos de 35 años y un 15 por ciento mínimo de impuestos a los «grandes propietarios», a partir de diez inmuebles, que tampoco te hace supermillonario. Aparte de que es solo el empezar.
El resultado de este primer pulso intergubernamental es: extrema izquierda, 10; izquierda moderada, 0. Pedro Sánchez está claro que no es un Felipe González. Está más cerca de Pablo Iglesias o de Yolanda Díaz, su sucesora. Y, sin duda, pronto vendrán otros sablazos en la misma dirección. Como imponer por ley el impuesto de sucesiones, aunque sea un simple piso, este puede ser el próximo, ya que la izquierda siente un odio instintivo a todo herencia, ahorro o capital, por pequeño que sea y fuese logrado por el sudor y las privaciones.
Como piensa siempre en términos de Estado, cuyo dinero parece ser que «no es de nadie», está dispuesto a gastarse todo el dinero español y europeo para seguir en La Moncloa. Aparte de acabar con el esfuerzo, con la ambición, con las ganas de crecer. Dicho de otra forma: así se arruina un país.
Mi última pregunta: dispuesto como está a dar todo a Podemos por sus votos, ¿que no dará a los independentistas por los suyos?