El agresor de un joven en la calle Betis lo acusa de iniciar la pelea
Está acusado de intento de homicidio por unos hechos ocurridos en la Nochebuena de 2019
La Audiencia Provincial de Sevilla, por fin y tras varias suspensiones, pudo juzgar ayer a Carlos F.M., acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa por apuñalar a un joven en la calle Betis en la Nochebuena de 2019. El enjuiciado aseguró que la víctima se abalanzó sobre él con la intención de agredirlo, algo que ya había ocurrido días antes.
El acusado, para quien la Fiscalía solicita siete años y medio de cárcel y la prohibición de aproximarse a la víctima durante diez años, alegó en su interrogatorio que durante los hechos estaba «bastante morado» de alcohol y de drogas.
Carlos F.M., de 31 años de edad actualmente, «había tenido varios problemas con un chico de su edad» identificado como Raúl y tres días antes de los hechos, ambos «habían tenido un enfrentamiento importante en la puerta de un salón de juegos», según la Fiscalía.
Por su parte, el acusado, explicó ayer ante el tribunal de la Sección Séptima, que ese día la víctima le agredió y «le abrió la cabeza». Los hechos que han sido objeto de enjuiciamiento hay que situarlos en la Nochebuena de 2019. Pasaban unos minutos de las siete de la mañana del día 25 de diciembre, cuando, según la Fiscalía, el acusado estaba con unos amigos en las inmediaciones de un pub de la calle Betis del que salía Raúl, a quien el investigado «comenzó a agredir y con la intención de acabar con su vida, le clavó con fuerza un objeto punzante en el costado, asestándole posteriormente un fuerte golpe en la cabeza con la parte roma de dicho objeto».
No era un cuchillo
La versión ofrecida ayer por el acusado dista de la que expone la Fiscalía en su escrito de calificación y en la que ayer insistió. Carlos admitió que estaba en la calle Betis y cuando cerró el pub en el que estaba con sus amigos tomándose una boca, salieron a la calle. Iba «bastante morado» tras consumir drogas y alcohol.
Entonces, según explicó, la víctima se abalanzó sobre él y le agredió. Después, continuó defendiendo, ambos se enzarzaron en una pelea, en la que se «agredieron mutuamente». «Él iba flechado hacia mí. Nos liamos a puñetazos», precisó.
El acusado reconoció que cogió un objeto metálico punzante, «lo primero que cogió del suelo», pero que no era un cuchillo. El arma con la que agredió a la víctima no ha sido localizado. «Tuve miedo y estaba en un estado de pánico», ha reconocido el acusado, que añadió que «para nada tenía intención de matar, ni que hubiese llegado a tal extremo».
Según la Fiscalía, la víctima se zafó de su agresor y corrió hasta el personal de seguridad de una discoteca cercana, pero el acusado no cejó en su «empeño de darle muerte», por lo que «le siguió y, rodeando a la multitud que se había agolpado, trató de acometer de nuevo a la víctima con el objeto punzante, lo que fue impedido por uno de los porteros de la discoteca», extremo que motivó que el acusado acabase dándose a la fuga.
El acusado señaló que sí persiguió a la víctima pero «no con la intención de hacerle daño», sino por «la misma inercia de la pelea», admitiendo que se deshizo del objeto punzante arrojándolo a un lugar no especificado. Pese a defender hoy que sufrió una agresión por parte de la víctima no recibió asistencia médica. La víctima sufrió hasta la rotura de una costilla por el apuñalamiento.
La Nochebuena de 2019 fue especialmente difícil en la capital andaluza para la Policía Nacional, que horas antes de los hechos de la calle Betis detuvo a un varón de 31 años en San Jerónimo como presunto autor de la muerte de otro hombre por un asunto de celos.
El acusado admite que iba «bastante morado» de drogas y alcohol y rechaza que su intención fuera matar al otro joven