Johnson avisa de que el desabastecimiento en el Reino Unido puede ir para largo
Solo 127 conductores extranjeros han pedido los visados de emergencia
El Gobierno no puede crear soluciones mágicas de la noche a la mañana para ayudar a la industria alimentaria. Así lo declaró ayer Boris Johnson a la prensa británica, durante una serie de entrevistas que concedió a diferentes medios a lo largo de la jornada en las que abordó, entre otros asuntos, la crisis del desabastecimiento de combustible y los problemas que a los que se enfrentan diferentes sectores por la falta de mano de obra, como el de la producción de carne de cerdo, que ha empezado ya a sacrificar animales por no tener trabajadores suficientes para procesarlos.
«Lo que no puede hacer el Gobierno es realizar cambios mágicos en sus sistemas de la noche a la mañana», dijo el primer ministro, que añadió: «Simplemente no podemos continuar con modelos que básicamente han frenado a este país y han frenado nuestra economía. Es por eso que optamos por un enfoque diferente».
Johnson reiteró que el país se encuentra en un «punto de inflexión» que lo lleva hacia una economía «de altos salarios y altas cualificaciones». «No creo que sea una buena idea retroceder a un enfoque de bajos salarios, baja inversión y pocas habilidades que hemos tenido anteriormente», afirmó, y agregó que este «gran punto de inflexión para el Reino Unido» es una «oportunidad para que vayamos en una dirección diferente». El ‘premier’ fue acusado de no tomarse en serio la difícil tesitura en la que se encuentran los criadores de cerdos, que tendrán que sacrificar a unos 120.000 animales sanos.
Con respecto a la escasez de conductores, el primer ministro aseveró que solo 127 conductores extranjeros de vehículos pesados han solicitado los visados de emergencia que su Ejecutivo ha puesto a disposición para abordar la crisis en la cadena de suministros, y aseguró que la industria «solo ha confirmado los nombres» de este centenar de chóferes, lo cual, según su criterio, confirma que el Gobierno lleva razón al afirmar que el problema de la escasez de conductores no es exclusivo del territorio británico, sino que es global. Sin embargo, Rod McKenzie, director de política y asuntos públicos de la Asociación de Transporte por Carretera (RHA), contradijo a Johnson, explicando que «no hay una base de datos de conductores de camiones con sus nombres que quieran trabajar en Gran Bretaña y a la que las empresas de camiones británicos puedan acceder y decir: «Tendremos a este, a ese, a ese o a ese. No funciona así, no existe».
Boris no sabe de precios
Al ser preguntado sobre si conocía el precio del diésel, el ‘premier’ respondió que no usa este tipo de carburante y que su promoción fue parte de «un complot de la UE». Según explicó, el Reino Unido es «líder mundial en logística», por lo que los problemas actuales que está experimentando, como las estanterías vacías en los supermercados o la amenaza de más escasez durante el período navideño, están relacionados con la recuperación de la economía mundial tras la pandemia de Covid-19. Además, consideró que la escasez de mano de obra es una muestra de que hay «solidez económica» y que no promoverá la «inmigración incontrolada» que en el pasado provocó que los salarios «fueran bajos».