Investigará recursos de plomo y plata en una zona que cesó la actividad en 1991
Insersa ha dado un paso adelante para revitalizar la minería en una de las comarcas tradicionales para este sector en Andalucía. La compañía sevillana (que realiza perforaciones y sondeos para minas como Aguas Teñidas y Riotinto) se ha hecho con el 50% de la sociedad Kerogen Energy, que tiene los permisos para investigar nuevos recursos de plomo y plata sobre una superficie de 45 kilómetros cuadrados en el distrito de Linares (que incluye a los términos municipales de Guarromán y Bailén). Insersa será el socio mayoritario de una firma que también integra al equipo de geólogos y profesionales que han diseñado esta iniciativa.
El proyecto se articulará en dos fases. En un primer momento se acometerá la investigación para definir los potenciales recursos mineros. Este proceso —que requiere una inversión cercana a los tres millones de euros— debe determinar si se puede desarrollar en el futuro un proyecto económico y ambientalmente viable, lo que conllevaría iniciar la tramitación de la concesión para la explotación. El desafío es determinar si se puede poner en marcha una mina con una producción mínima de 25.000 toneladas de metal al año y una vida útil que supere la década. De ser así, llegaría el momento de buscar nueva financiación para abordar una inversión de 40 millones de euros. «En la comarca de Linares se respira una larga historia minera», apunta Javier de Aspe, director general de Insersa. «Aunque es temprano para aventurar si habrá una futura explotación, el proyecto ‘Nuevo Linares’ generaría en torno a 180 empleos directos», remarca.
Este enclave de Jaén registró actividad minera desde mediados del siglo XIX hasta inicios de la pasada década de los noventa. Las operaciones se clausuraron por la brusca caída de los precios de las materias primas a inicios de los noventa: en 1991 el precio de la tonelada de plomo rondaba los 700 dólares y apenas dos años después se derrumbó a 320 dólares. «Había muy buenos profesionales que aguantaron hasta el límite», apunta Pedro Rodríguez, geólogo y socio de Kerogen. La valoración del plomo remontó posteriormente y ahora se mantiene por encima de los 2.300 dólares, que «es una cotización suficiente para poder operar de nuevo con rentabilidad».
En este momento la firma tiene identificados «más de noventa kilómetros de estructuras mineralizadas en el distrito de Linares», con lo cual «hay mimbres para ser optimistas». Y a esto se le suma que las proyecciones de precios son positivas, dado que el plomo es necesario para fabricar sistemas de baterías para vehículos eléctricos y parques renovables, junto a otros muchos usos y aplicaciones.
La información histórica sobre estas minas es muy abundante y salvo excepciones no se realizaron explotaciones a más de 200 metros de profundidad, con lo cual la nueva campaña de sondeos determinará el potencial de este distrito en áreas menos superficiales.