El catastro confirma que el volcán ha enterrado 605 hogares
El cruce de datos entre el satélite Copernicus y el catastro ha confirmado que las diferentes coladas del volcán de La Palma ya han destruido 605 viviendas de uso residencial, 58 edificaciones de uso agrícola, 30 de uso industrial, 18 construcciones de ocio y de hostelería, y siete de uso público, entre otras.
Estas construcciones y proyectos de vida se encuentran en las 420,12 hectáreas que ya son propiedad de este volcán sin nombre, que ha sumado 6,74 hectáreas respecto al día anterior a pesar de que sus coladas se encuentran encauzadas al mar o prácticamente paralizadas.
El perímetro que cubren las lenguas de magma es de 36,24 kilómetros y hasta el momento no se han desdoblado las coladas existentes, que ya ocupan en su máximo ancho hasta los 1.250 metros. En su avance imparable ya ha dejado inaccesibles y anegados 36,1 kilómetros de carreteras y vías.
El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, señaló ayer que se han sumado dos personas al total de vecinos evacuados en el hotel de Fuencaliente, donde permanecen 209 personas. En total, trabajan en la primera línea de emergencia del volcán 553 efectivos, que velan por la seguridad de la isla de La Palma, que ha destacado que es «una isla segura». «Tenemos un problema, grave, un volcán en erupción en medio de viviendas» que solo afecta a un 8% de la superficie, mientras el resto de la isla «es segura y tiene las comunicaciones abiertas al resto del mundo», dijo.
La directora del Instituto Geológico Nacional, María José Blanco, confesó ayer que los indicadores de sismicidad, geoquímica o de deformación no apuntan «a una posible remisión de la erupción» y nada indica que este proceso «esté cerca de acabarse». La pesadilla continúa para los palmeros, con una sismicidad que si bien se mantiene a profundidades de más de 10 kilómetros, ya han registrado temblores de magnitud 3,9, sentidos a intensidad 5. Esta decena de sismos pueden ser sentidos con gran intensidad e incluso provocar derrumbes en zonas de pendiente.