La recopilación de San Miguel: cuando se impuso el toreo clásico
Morante y Urdiales marcaron un final apoteósico de la vuelta de los toros a Sevilla
Qué caprichoso es el tiempo, capaz de recorrer en catorce tardes lo que no quiso hacer durante setecientos siete días. Fueron casi dos años ansiando lo que en un suspiro se nos marchó. Aunque no paso de refilón: la Feria de San Miguel 2021 dejó su huella sobre la ciudad de Sevilla y sobre la temporada taurina.
Qué lejos queda ya aquella entrevista que ABC de Sevilla realizó a Morante de la Puebla el pasado Domingo de Resurrección. El diestro, que denunciaba lo que a su parecer era un agravio comparativo, sacó el diente por su colectivo y por la Plaza de Toros de Sevilla. Siendo nuevamente el tiempo el encargado de demostrar que su implicación no iba de farol: ha sido ésta su gran temporada, en la que acabará siendo el líder del escalafón y en la que se consagró como el gran torero de Sevilla.
La singular Feria de San Miguel 2021 quedó herrada con el nombre propio de Morante de la Puebla, aunque su conjunto resultó ser mucho más extenso tanto por sus virtudes como por sus defectos. Un meritorio serial programado sobre una fecha desconocida, cuya aceptación se preveía como una incógnita durante los días laborables del mes de septiembre.
Y aunque los premios taurinos arrojaran al de La Puebla como claro vencedor, ahí quedan faenas como las de Diego Urdiales al tercer toro de Domingo Hernández del pasado sábado; la comprometida actuación de Emilio de Justo con la corrida de Victorino Martín, única ocasión en que se hizo el silencio al comienzo de su última faena, como preludio de una previsible Puerta del Príncipe; el toreo a la verónica de Juan Ortega, desde los tres lapazos que le dio a la corrida de Jandilla en su presentación hasta el antológico recibo al toro ‘Viñero’ de Juan Pedro Domecq; y el reencuentro con el mejor Manuel Escribano,
que cuajó con la diestra al bravísimo ‘Cuajadito’ de Miura.
Este ‘Cuajadito’ ha sido premiado como el mejor toro de la feria por la Real Maestranza de Caballería. Pero no se pueden olvidar animales como ‘Distante’, de Victoriano del Río, lidiado en la corrida inaugural por Roca Rey; ‘Jerifalte’, de Garcigrande, lidiado por Miguel Ángel Perera; y ‘Ateo III’ e ‘Industrial’, de García Jiménez, que lidiaron El Juli y José María Manzanares. Como tampoco se pueden olvidar varios toros de San Pelayo (Capea-Perera) que se lidiaron en el festejo de rejones y la completísima novillada de El Parralejo.
Fue esta novillada de la familia Moya Yoldi la que mejor resultado dio en su conjunto, con seis novillos propicios para el triunfo. Una regularidad que no alcanzaron el resto de divisas que se lidiaron durante las once corridas de toros. Más allá de los animales de nota que hemos mencionado, ninguna vacada redondeó su tarde. Estuvo cerca el envío de los hermanos García Jiménez (Matilla), que consiguieron embarcar dos toros de perfectas hechuras, según el tipo de toro que demanda Sevilla, con varios animales de buena nota.
Y la importancia que le damos a esa presentación de algunos toros de Matilla radica en la preocupante deriva que ha tomado la conformación morfológica del toro que se debe lidiar en esta plaza. Fueron demasiados los cornúpetas que salieron pasados de cuerpo y edad, una circunstancia que le restó categoría a la idiosincrasia de esta plaza. Hubo algún presidente que alegó a este periodista que su función está en evitar que salga un toro chico o mal presentado, y que no tiene culpa de que el ganadero le presente un toro fuerte y cuajado.