A los que califica de dementes
La ex jefa de prensa rompe su silencio con ‘Ahora responderé a vuestras preguntas’, un libro repleto de anécdotas donde critica duramente al expresidente de Estados Unidos y su esposa,
Los periodistas que cubrimos la Casa Blanca en los intensos años de Donald Trump conocemos a Stephanie Grisham por dos cosas: no haber dado nunca una rueda de prensa y haberse liado a empujones con la guardia pretoriana del dictador norcoreano Kim Jong-Un cuando intentó impedir a la prensa estadounidense que accediera a la sala donde se iba a ver con el entonces presidente de Estados Unidos.
Grisham (Colorado, 1976) publica un libro sobre su paso por la Casa Blanca, titulado ‘Ahora responderé a vuestras preguntas’. Tiene el interés de que es una de las pocas personas que aguantó todo el mandato de Trump trabajando para él, para la primera dama y, en un punto, para ambos a la vez. Dimitió el 6 de enero de 2020 durante el saqueo del Capitolio, dice hoy que tras pedirle a Melania Trump sin éxito que condenara la violencia.
Es cuanto menos curioso que sea la jefa de prensa de la Casa Blanca que menos ha hablado en público de toda la historia la que ahora publica un libro tan revelador como incendiario, en el que acusa a Trump de ser poco más que un demente egoísta, y a su mujer de padecer brotes de narcisismo y paranoia.
No es que Grisham haga grandes revelaciones geoestratégicas, más allá de una anécdota que revela que Trump avisaba al ruso Vladímir Putin de cuando debía hacerse el duro por las apariencias. El libro es más bien una sucesión de anécdotas de papel cuché, como que el Servicio Secreto le puso a Melania Trump el apodo de Rapunzel, porque «nunca bajaba de su torre», es decir sus aposentos privados en las plantas altas de la Casa Blanca. O que el personal que trabajaba para Melania se refería a Ivanka, la hija del expresidente, jocosamente, como la Becaria.
La venganza de Melania
Revela Grisham que fue ella quien le dio la noticia a Melania Trump de que la actriz porno Stormy Daniels había demandado a su marido, alegando una aventura sexual y dando detalles reveladores sobre sus partes anatómicas. La primera reacción de la ex primera dama fue un ‘OK’, sin más.
Después sí le notó cierta vena vengativa. A un discurso en el Capitolio, Melania Trump pidió que le acompañara, agarrada de su brazo, el soldado de gala más guapo que encontraran en la Casa Blanca. En algunos comunicados de prensa, pedía quitar los términos «esposa» o «marido» al referirse a su matrimonio. Y en varias ocasiones, cuando viajaban a algún lugar en avión, intentaba irse al aeropuerto militar antes que el presidente porque, decía, vio cómo Hillary Clinton tragaba con las infidelidades de su marido y le cogía del brazo en público, y ella no quería eso.
Grisham llegó a la campaña de Trump tras haber sido despedida de varios puestos de trabajo en Arizona, acusada de malversación y plagio. Fue jefa de prensa de Melania primero, y luego de toda la Casa Blanca entre julio de 2019 y abril de 2020. Finalmente fue ascendida a jefa de gabinete de la primera dama. Según dice en el libro: «Durante casi seis años estuve lo más cerca posible de la familia Trump, lo vi todo». Y decidió callar, hasta que puso a la venta su libro.
En su libro, Grisham desvela que a Melania Trump la llamaban Rapunzel y a Ivanka, la hija del presidente, la Becaria