Miembros de los Biris admiten el ataque a aficionados de la Juventus
Piden nueve años de cárcel al acusado de intentar matar a su mujer cortándole el cuello La Audiencia juzgó ayer a seis ultras por los incidentes en un bar de Reyes Católicos
La Fiscalía de Sevilla solicita una pena de nueve años de cárcel para el hombre acusado de intentar acabar con la vida de su mujer cortándole el cuello. Los hechos ocurrieron en la vivienda familiar en el barrio de la Macarena de la capital en la madrugada del 20 de marzo de 2020, días después del inicio del estado de alarma por el coronavirus.
El acusado, de unos 32 años y que ingresó en prisión horas después del ataque a su mujer, intentó quitarse la vida tras llevar a cabo la agresión contra su pareja. Será juzgado esta semana en la Audiencia.
Eran las 2.00 de la mañana del 20 de marzo de 2020 cuando el acusado, según explica la Fiscalía en su escrito de acusación provisional, atacó a su mujer en su casa, situada en la calle Torreblanca, cerca del Pumarejo.
El origen de esta agresión estuvo, según la Policía Nacional, en la intención de la mujer, de 46 años, de romper la relación. Comenzó a perseguirla por la casa hasta la cocina. Allí, la abordó por detrás.
Su intención, según la Fiscalía, era acabar con su vida. Para ello, la apuñaló con un cuchillo. Al darse ella la vuelta, la tiró al suelo y se subió encima. Le puso las manos en el cuello para asfixiarla. La víctima, en sus intentos por zafarse de su marido, le mordió un dedo. La respuesta del varón fue inmediata y la apuñaló en el cuello.
La llamada de la vecina
Tras la agresión, el detenido intentó suicidarse y ella logró salir del domicilio familiar y refugiarse en casa de una vecina, que fue quien alertó a los agentes de lo que había sucedido. La llamada de la vecina y la rápida intervención policial hizo que posible que ambos implicados salvaran sus vidas.
La Fiscalía asegura que la mujer se halló en verdadero peligro de muerte, ya que las lesiones y heridas que sufrió afectaron a zonas vitales que pusieron en riesgo su vida. Según confirmó la Policía Nacional cuando ocurrieron los hechos, la mujer no se encontraba registrada en el sistema de víctimas de violencia machista.
El acusado se enfrenta a una petición de pena de nueve años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa en concurso medial con un delito de lesiones. Es lo que reclama la Fiscalía, que también solicita dos décadas de alejamiento de la víctima.
Un tribunal de la Audiencia de Sevilla juzgó ayer a seis miembros de los Biris, «grupo ultra del Sevilla Fútbol Club», por su presunta participación en el ataque brutal que sufrieron aficionados italianos de la Juventus de Turín la noche del 21 de noviembre de 2016 en la taberna El Papelón de la avenida Reyes Católicos de la capital. Cinco de ellos admitieron los hechos y mostraron su arrepentimiento, mientras el sexto de los acusados, que por entonces era uno de los cabecillas de este grupo ultra, negó que estuviera por el Arenal o Plaza de Armas aquella noche.
Aunque el grupo de aficionados radicales sevillistas que protagonizó los incidentes era más numeroso, la Justicia ha actuado contra seis de ellos, que ayer se sentaron en el banquillo: Alejandro F.C.S.; Juan Carlos V.G.; Alejandro M.G.; Andrés M.G.; Alberto L.D.; y Alberto O.R. Según la Fiscalía, estos seis eran miembros del «grupo ultra sevillista», como define a la peña Biris. Conocían que aficionados italianos habían llegado a la ciudad en las horas previas al partido entre el Sevilla FC y la Juventus, y conocían que los italianos habían quedado con aficionados del Real Betis para cenar en la citada taberna de Reyes Católicos.
Para la Fiscalía, la intención de los acusados, junto a otros aficionados sevillistas que no han podido ser identificados, era «iniciar una pelea con los aficionados rivales». Se dirigieron al bar portando capuchas, bragas y pasamontañas, para evitar ser reconocidos. Llevaban «objetos potencialmente peligrosos como botellas, palos y navajas». Llegaron a El Papelón lanzando objetos y gritando «Biris y Sevilla hooligans». Según la Fiscalía, los acusados atacaron a los aficionados rivales arrojándoles sillas y mesas.
El ataque no quedó ahí. La Fiscalía expone que los ultras sevillistas simularon retirarse con el fin de que los rivales creyeran que podían abandonar el bar con seguridad. Era una trampa porque volvieron a caer más objetos sobre ellos. Y en medio del caos, «uno de los participantes en la pelea sacó una navaja y agredió a uno de los aficionados italianos, quien cayó al suelo gravemente herido». Requirió de intervención quirúrgica. La investigación policial y judicial no ha podido determinar quién fue el autor.
Sólo la llegada de los agentes de la
Policía Nacional hizo que los agresores huyeran de la zona de Reyes Católicos, mientras las personas que se encontraban en el bar y en sus aledaños seguían ocultos en locales próximos o en sus domicilios.
Cinco de los acusados reconocieron ayer su participación en los hechos. Han indemnizado a la víctima, un joven suizo, con 13.000 euros. Sin embargo, el sexto acusado, Alberto O.R., negó que aquella noche estuviera allí. Dijo haber estado de compras por la zona de San Julián y la plaza del Duque y después se fue a casa con sus padres. Ya no forma parte de los Biris aunque en 2016 era uno de sus miembros más conocidos y destacados. No es la primera vez que se enfrenta a la
El único acusado que no reconoció los hechos era un miembro destacado de esta peña ultra en 2006
Justicia, como reconoció. «Era muy conocido por mi activismo dentro de los Biris y cada vez que había algún altercado la Policía me llamaba para sacarme información», afirmó.
Precisamente uno de esos policías, el instructor del atestado, aseguró que Alberto O.R. fue identificado gracias a las imágenes que pudieron recopilar de vídeos de los testigos y de las cámaras de seguridad. Primero se le ve en la zona de Plaza de Armas, donde se concentraron antes de actuar y después en el entorno del bar.
Para la Fiscalía, estos hechos constituyen un delito de riña tumultuaria, daños y otro de desórdenes públicos, por los que solicitaba para los seis acusados tres años y nueve meses de cárcel y el pago de una multa. Ayer modificó estas peticiones. Para los cinco arrepentidos pide nueve meses de cárcel y cuatro meses de multa, mientras para Alberto O.R. mantiene su petición inicial porque su participación ha quedado probada, según la fiscal.