Sánchez Gordillo quiere que los niños no den Religión en clase, sino en las iglesias
El último pleno de Marinaleda trató asuntos sin relación alguna con el pueblo
Que los plenos en Marinaleda traten de temas que para nada incumben al municipio ya no es una novedad. Ni su escaso cariz democrático. La última sesión plenaria celebrada en este municipio que gobierna desde hace más de 42 años de manera ininterrumpida Juan Manuel Sánchez Gordillo ha estado marcada por el «surrealismo» de los temas tratados y por la «indignación» causada en la oposición precisamente por eso.
Sobre la mesa, temas tan de ‘actualidad’ como Afganistán u otros como las clases de Religión marcaron el pleno en el que se leyeron sendos manifiestos que contaron con el rechazo de Avanza Marinaleda, partido que estuvo a 44 votos de lograr la Alcaldía en las pasadas elecciones municipales. «Es una vergüenza que se lleven estos puntos a un pleno. Los plenos son para resolver asuntos importantes para el pueblo. Este ayuntamiento celebra plenos ordinarios porque está obligado por ley y porque así se lo hicieron ver cuando denunciamos al Defensor del Pueblo Andaluz y a Gobernación por no celebrar plenos durante nueve meses en 2020, pero los temas a tratar distan mucho de los asuntos importantes para el pueblo», explicó ayer a ABC Cristina Martín, portavoz del grupo de la oposición.
Debido al estado de salud del histórico regidor comunista tras el ictus sufrido hace más de dos años, es su teniente de alcalde, Sergio Gómez, quien se encarga de dirigir los plenos si bien en esta ocasión incluso fue el propio interventor el que tuvo que leer algunos de los surrealistas manifiestos —firmados por el puño del propio Sánchez Gordillo— que se trataron al incorporarse más tarde a la sesión plenaria celebrada de manera telemática. Y como muestra, un par de ejemplos.
«Desde que el ser humano puso un objeto y le llamó Dios, siempre ha estado preocupado por el más allá y lo que pasará después de la muerte...», así empezaba el punto cuatro del pleno. En la lectura de un texto farragoso sobre las religiones, finalmente el partido que gobierna aprobaba un manifiesto en el que se pedía a los padres que no llevaran a sus hijos a «clases de Religión en las escuelas y fuera el crucifijo», sino que estas se «impartieran en las iglesias», puesto que «allí les atenderán debidamente». Lo que no dice es que la competencia en materia educativa es de la Junta de Andalucía en este caso.
También se comprometió el Ayuntamiento a que «no vamos a consentir que ni por activa ni pasiva los obispos nombren a los profesores de Religión, asignatura que tiene que desaparecer» y a que la «libertad educativa no puede consentir el adoctrinamiento que no sólo se da en la religión, sino en representar procesiones...», para acabar con que «todas las religiones monoteístas son mentira, pues le meten a los chavales supersticiones o lo que es peor, el sometimiento y la sumisión a las clases dominantes».
Para Cristina Martín, «cada persona debe ser libre de elegir lo que crea, tanto creencias políticas como religiosas o de cualquier índole y ningún ayuntamiento demócrata debe influenciar»,
«No vamos a consentir que los obispos nombren a los profesores de Religión, asignatura que tiene que desaparecer»
por lo que contó con el voto en contra de su partido a esta propuesta alejada de la realidad del pueblo de Marinaleda «que debe tres millones de euros a las administraciones y de los proyectos que se van a hacer... pero aquí no se rinde cuentas de nada, ni todo esto es necesario ni importante según ellos. Ser demócrata es hacer todo esto y el pleno ha de ser un instrumento para que se cumpla la democracia», comentó. «Sería necesario la puesta en marcha y la revitalización del polígono industrial, donde en lugar de empresas hay basura y residuos contaminantes, deberían facilitar condiciones favorables a nuestros agricultores o que todos los trabajadores tengan unas condiciones laborales dignas y se respete sus descansos y vacaciones», concluyó Martín.