La UE vuelve a dar largas a los países de los Balcanes que llaman a su puerta
Reafirman la «perspectiva europea» para los candidatos pero rechazan poner fecha a su integración
Los líderes de la Unión Europea se reunieron ayer con los de los países de los Balcanes Occidentales en el Castillo de Brdo en la localidad eslovena de Kranj, donde se acordó una declaración conjunta en la que se reafirma la perspectiva de que todos ellos serán algún día miembros de la UE, tal como se les prometió hace 18 años, pero no a corto ni medio plazo. Varios dirigentes comunitarios han recordado que antes de abrir las puertas a nuevas ampliaciones, la UE debe definir primero su propio futuro, un proceso en el que tampoco están las cosas muy claras después del trauma del Brexit.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, intentó tranquilizar a los balcánicos al afirmar al término de la reunión que todos ellos «forman parte de la familia europea». La idea de que Serbia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Kosovo y Albania algún día podrían unirse al bloque comunitario vuelve a aparecer en el documento final, pero muchos representantes balcánicos consideran que esta declaración de intenciones es un cascarón vacío.
El único avance real han sido los contactos entre representantes de Macedonia del Norte y Bulgaria que han arrojado cierta esperanza de que este último país levante en las próximas semanas su veto al inicio de las negociaciones de adhesión para las que la Comisión Europea ya ha dado luz verde. De hecho, las negociaciones de Albania y Macedonia del Norte deberían haber empezado de forma paralela hace tiempo, pero Bulgaria lo ha vetado a causa de diferencias sobre la consideración mutua de sus respectivas lenguas (o de la lengua que comparten) y sobre el estatus de la minoría búlgara en Macedonia.
Perspectiva europea
Al menos, los Veintisiete se comprometen a ayudar a los seis países con un plan económico de 30.000 millones de euros. La UE es, con gran diferencia, el principal socio comercial de los seis países, pero en los últimos años asiste a la penetración de otras potencias. El canciller austriaco Sebastian Kurz recordó que «si la Unión Europea no ofrece a esta región una perspectiva real, debemos ser conscientes de que otras superpotencias –China, Rusia o Turquía– jugarán un papel más importante allí. Esta región geográficamente pertenece a Europa y necesita una perspectiva europea». Eslovenia,
«Debemos ser conscientes de que potencias como
Rusia o China quieren un papel más importante en los Balcanes», mantiene Kurz
que comparte un pasado común dentro de la desaparecida Yugoslavia con estos países (excepto Albania) y que este semestre preside la UE, no ha logrado convencer a los demás países miembros de que se comprometan a poner fecha a su ingreso en el horizonte de 2030. Tampoco ha habido acuerdo sobre medidas como la exención de visas para los ciudadanos de Kosovo, cuyo primer ministro, Albin Kurti, se quejó de lo que considera «una gran injusticia». Hay cinco países de la UE que todavía no reconocen la independencia de Kosovo, entre ellos España.
Pedro Sánchez ha sido el primer presidente del Gobierno español que participa en una reunión en la que está presente también un responsable kosovar, aunque para evitar susceptibilidades se ha hecho sin banderas y sin rótulos que incluyeran el cargo de los reunidos.