ABC (Sevilla)

Gavi y diez más: cayó un récord de 85 años

El azulgrana, con 17 años y 62 días, se convierte en el jugador más joven en debutar con España

- JAVIER ASPRÓN

algo más que evitar una sangría. Repartió muchísimo desde su impotencia y fue de lado a lado mientras España convertía el segundo tiempo en un rondo interminab­le. Entró Yéremi Pino por el lesionado Ferran y hasta eso salió bien, pues el jugador del Villarreal no necesitó ni dos minutos para sentirse uno más y atreverse con todo. En un detalle de lujo, recortó en el área y centró con sutileza para que Oyarzabal rozara el tercero. El rato largo que tuvo fue interesant­ísimo.

Sustito al final

Italia, que solo podía esperar algo de Chiesa, ensuciaba la noche con tanta estaca y provocació­n, nada cambia, mientras Luis Enrique probaba también con Bryan Gil y con Mikel Merino, dos más para sumar a la causa. Lo cierto es que España estaba feliz y aguantaba con muchísima inteligenc­ia con la pelota como argumento, disparada la posesión hasta el infinito y con oportunida­des como la de Alonso, pero en un saque de esquina a favor se pegó un tiro en el pie al permitir que Italia se encendiera con una carrera larguísima de Chiesa que terminó con el gol de Pellegrini. Esas manchas, aunque se van, hay que evitarlas, si bien todo lo anterior fue una excelente lección de España.

Los récords están para romperse, pero cuando uno cae después de 85 años es que algo importante ha sucedido. Pablo Martín Páez Gavira, Gavi ya para la historia, se convirtió en Milán en el jugador más joven en vestir la camiseta de la selección española. Lo hizo con 17 años y 62 días, aún lejos de la mayoría de edad, también de la futbolísti­ca. Superó el registro de precocidad de Ángel Zubieta, que se estrenó en 1936 con 17 años y 284 días poco antes de abandonar España rumbo a Argentina a causa de la Guerra Civil. Allí jugó durante catorce años antes de regresar, pero ya no volvió nunca a la selección.

Que un chaval con 17 años recién cumplidos sea titular en una semifinal de un gran torneo puede significar dos cosas. O el chico es un crack mundial, que bien podría ser, o el fútbol español no anda demasiado boyante, que tampoco es descartabl­e. Hasta ayer su experienci­a en la élite no alcanzaba los 400 minutos. El asunto es que el chaval debutó en toda una semifinal ante Italia y en San Siro, no en un amistoso ante Lituania o las Islas Feroe. Era una prueba de fuego a la que le sometía su entrenador. Y lo mejor que se puede decir es que salió airoso.

«Quizás sí es demasiado pronto para convocarle, pero igual le pongo de titular ante Italia». Luis Enrique había advertido de lo que iba a ocurrir en Milán al dar la lista, y como suele suceder con el selecciona­dor la supuesta bravata se convirtió en realidad. Hora y pico antes del partido el nombre del jugador aparecía en el once de España. A partir de entonces los focos se giraron hacia él casi por completo, y así lo hicieron hasta que Ferran comenzó su festival particular. Gavi salió al calentamie­nto aparenteme­nte tranquilo, bromeando con Marcos Alonso y jugueteand­o con un balón mientras correteaba de lado a lado. Luis Enrique le protegió colocando junto a él en el medio del campo a los dos hombres más veteranos del equipo, Busquets y Koke. Al azulgrana le costó entonarse. Su primer toque al balón acabó en pérdida y generó la primera ocasión de Italia. Por su costado, el derecho, llegó también la segunda. Apenas un minuto después Luis Enrique le cambió de banda y mandó a Koke a sujetar a Verratti. Fue un cambio momentáneo, mientras el joven debutante le cogía el pulso al partido. Muy aplicado en defensa, Gavi apenas tuvo participac­ión ofensiva en ese arranque. Cuando el partido fue ganando en intensidad y pareciéndo­se a una auténtica semifinal el chico dio la cara. No parece gran cosa, pero es fuerte físicament­e y no se arredra en el cuerpo a cuerpo. Hasta tuvo su particular altercado con Verratti. Fue en una lucha por el balón junto a la línea de fondo de España en donde el italiano reaccionó mal. Varios compañeros acudieron al rescate y reprocharo­n al jugador del PSG su actitud. «Hombre, Marco, con este no te metas», le parecía decir Oyarzabal.

Pisando el área

Poco a poco, según crecía España, aumentaba también la participac­ión del niño de Los Palacios. El chaval, valiente, pedía más la pelota, la buscaba con ahínco para aportar. Un robo en el medio del campo le dejó al borde del área rival. Pudo tirar, pero prefirió ceder la pelota a Oyarzabal, más escorado a la izquierda. Con España en superiorid­ad se vieron sus mejores minutos, olvidada ya la tensión del debut e incluso la solemnidad del escenario. Incluso se atrevió a pisar el área, convertido en el más ofensivo de los tres centrocamp­istas. A esas alturas ya actuaba más como mediapunta.

El de Gavi no fue el único debut, aunque su trascenden­cia opacó el de Yeremy Pino, otro adolescent­e (18 años) que se incorpora a esta España sorprenden­te y juvenil. El extremo del Villarreal sustituyó al lesionado Ferran y se convirtió en el vigésimo séptimo jugador en convertirs­e en internacio­nal con Luis Enrique. Su descaro en el desborde le convirtió en otro de los destacados del partido.

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// EFE Ferran Torres remata de cabeza para marcar el segundo gol español
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