La campaña de vacunación en Sevilla capital está a punto de alcanzar al 93 por ciento de la población
«Hemos vacunado a más de 1,5 millones de sevillanos y hemos visto de todo»
Enrique Naranjo es director de Enfermería en el Distrito Sanitario Sevilla y coordinador del dispositivo, formado por cerca de doscientas personas, que han administrado más de 1,5 millones de vacunas antiCovid desde el 27 de diciembre de 2020 en la capital sevillana. En estos casi quince meses Naranjo ha visto de todo pero lo da todo por bien empleado: se ha vacunado a casi el 93 por ciento de los 700.000 sevillanos que viven en la capital.
—¿Recuerda las primeras vacunas contra el Covid que pusieron?
—El domingo 27 de diciembre de 2020. Fuimos a dos residencias de mayores.
—¿Cuál fue el peor momento de la campaña desde ese día?
—El peor fue el Jueves Santo del pasado año. En Semana Santa vacunábamos sin parar y ese día se difundió el bulo de que cualquiera podría vacunarse sin cita previa, tuviera la edad que tuviera. Y se juntaron en los Bermejales más de cinco mil personas. No podíamos vacunarlos por los protocolos ni disponíamos de tantas vacunas en ese momento ni el personal para administrarlas. Se formaron grandes colas y hubo incidentes en la vía pública. No recuerdo un día con mayor tensión
—Llegaron a vacunar más de diez mil personas en un día...
—Llegamos a esas cifras porque era muy importante vacunar al mayor ritmo posible para frenar la pandemia. En general, todo el mundo cumplió pero hubo gente que no respetaba las citas o se presentaba dos horas antes Al final vacunábamos a todo el mundo pero se generaron situaciones de tensión.
—¿Hubo mucha gente que quisiera vacunarse sin que le correspondiera por la edad?
—Sí. Tuvimos de todo. Y algunas de esas personas decían que no se iban del centro de salud o punto de vacunación sin su vacuna cuando sabían que no podíamos vacunarlos si no tenían la edad que marcaba el protocolo.
—¿Cuál fue el mejor momento de la campaña de vacunación?
—Cuando terminamos de vacunar a todos los mayores de las residencias porque ahí sabíamos que salvábamos vidas. Fue una gran tranquilidad y alegría para todo el equipo conocer que el porcentaje de mortalidad en residencias sevillanas y andaluzas fue el más bajo de toda España, después de Murcia. Eso fue gracias a la vacunación.
—¿Cuánto tardaron en vacunarse a todos los mayores de las residencias?
—Un mes y medio. Luego continuamos con los mayores de 90 años, que agradecieron mucho esa vacuna y nos depararon muchas anécdotas. Muchos querían hablar con los medios de comunicación que en esos momentos prestaban mucha atención a todo ese proceso e iban a los centros de vacunación. Recuerdo a un usuario centenario al que debió gustarle una joven periodista de televisión y se ofreció para que lo entrevistara. No sé qué quería más: si salir en la tele para que lo viera su familia o hablar con la periodista de tan buen ver.
—¿Se les reconocía también el trabajo a los sanitarios?
—Sí. Y ese reconocimiento de la población agradeciendo nuestro trabajo y la implicación de todos los profesionales fue otro de los momentos más gratificantes. También nos felicitaban por la organización del dispositivo. —Se publicó que hubo gente que falsificó citas de vacunación y enseñaba mensajes falsos de su móvil a los sanitarios para poder vacunarse antes de lo que le tocaba. ¿Lo recuerda? —Hubo mucha picaresca, como en todas las ciudades. Tuvimos casos de personas que entraron en un punto de vacunación, se les registró para vacunarse y antes de pincharles ponían cualquier excusa para irse. Normalmente decían que tenían que ir al servicio o que no le habían echado el candado a la bici y ya no volvían. Y cuando esas personas fueron a los 28 días a recibir la segunda vacuna contaban la misma historia. Después, sin vacunarse ni una sola vez, reclamaban el certificado Covid. Lógicamente no se les daba.
—¿Y protestaban?
—Sí, pero al final se iban porque sabían que les habíamos pillado la trampa.
—¿Cuántas personas se ocupaban de que esto no pasara y se vacunara solo a quien le correspondiera?
—Ha sido un trabajo de equipo. Estábamos la dirección de salud, la dirección de los dispositivos de apoyo, la dirección de asistencia, los enfermeros de apoyo para información y logística y una persona de farmacia para los suministros. Hemos sido seis personas de distintas áreas. Hemos contratado a muchos profesionales para la vacunación y los hemos distribuido en cerca de cincuenta equipos formados cada uno por tres enfermeros y un celador. El celador para la recogida de datos del usuario, un enfermero preparando la dosis y dos administrando las vacunas. Hemos vacunado en los 33 entros de salud y en puntos masivos de vacunación como el Estadio de la Cartuja, la Facultad de Derecho, la Facultad de Matemáticas, la Facultad de Económicas, el punto de la Candelaria, el pabellón del SADUS de los Bermejales.
—¿Dónde siguen vacunando en este momento?
—Ahora estamos vacunando en todos los centros de salud, a los niños en la Facultad de Matemáticas en dosis pediátrica, en la Facultad de Derecho y en la Candelaria sin cita previa, para usuarios que no tengan alguna de las tres dosis.
—¿Hay muchos sevillanos que no se hayan querido vacunar?
—Entre el 3 y el 5 por ciento en Sevilla capital. Calculo que serán unos 30.000.
—¿Siguen intentando vacunarlos?
—La vacunación no es obligatoria en España pero hacemos campañas de captación y de publicidad a través de la web del SAS y en los centros de salud. Si el usuario va a hacerse unos análisis de sangre, aprovechamos para ofrecerle la vacunación, ya sea la tercera dosis o la primera. También se está llamando por teléfono a estas personas. No obstante, estamos muy contentos porque no creo que haya muchas capitales en España con el 93 por ciento de las personas vacunadas. Un millón y medio de dosis son muchas dosis.
Picaresca «Hubo desde los que querían vacunarse como fuera a los que entraban y se iban antes del pinchazo con cualquier excusa. Y luego pedían el pasaporte Covid»