El plan del Betis y la reunión con la RFEF para las entradas
Representantes del club bético y del Valencia se dan cita hoy en Madrid para organizar los detalles de la final
Día importante en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. La Federación Española de Fútbol (RFEF) ha citado al Real Betis y al Valencia CF para decidir los detalles sobre el reparto de las entradas para la final de la Copa del Rey. En el club verdiblanco ya tienen claro su plan sobre el criterio a seguir con las localidades que les ofrezca la Federación pero buscarán obtener el máximo número de aforo posible para sus seguidores y así dar cabida a la enorme demanda para un choque que se disputa en el sevillano estadio de la Cartuja y que ha generado una lógica expectación, dado que hace 17 años que el Betis no se ve ante un partido de estas características.
En principio el mínimo que plantea la Federación es la división en tres partes del aforo del estadio de la Cartuja, de 57.619, para que sea repartido entre la propia RFEF, Betis y Valencia. En la reunión de hoy se tratará si el ente que preside Luis Rubiales renuncia, como en otras ocasiones precedentes, a un número importante de esas localidades destinadas a cubrir sus compromisos institucionales y comerciales, y a una pequeña partida para le venta al público en general. Ya sucedió en 2019 que tanto Barça y Valencia, en el Villamarín, contaron finalmente con el 40 por ciento cada uno, y la Federación se quedó con un 20. Lo que queda claro es que el conjunto verdiblanco actuará como local, con lo que ello supone de elección de vestimenta y de ocupación del vestuario así como a la hora de presentar el partido, y que la afición del Betis estará en la grada del Gol Sur. En todo caso, la horquilla de entradas disponibles para el Betis o el Valencia será de entre 18.500 y 23.000, aproximadamente.
A la reunión en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas están convocados los representantes de los clubes y federativos al más alto nivel, con lo que asistirán Ángel Haro y Anil Murthy, presidentes del Real Betis y el Valencia CF, y se espera también la presencia de Luis Rubiales. Ante la enorme demanda de entradas por parte de los béticos, el club ya tiene un plan para el posible reparto. El criterio principal va a ser el de la antigüedad, con lo que se respetará a los abonados con mayor tiempo de vigencia del carnet. Se garantizará la obtención de entrada, previo pago, para entre los primeros 19.000 y 20.000 socios pero todo dependerá del número de localidades que deje a disposición la Federación. También de los propios compromisos de patrocinios, comerciales, institucionales y con los empleados del club y familiares y allegados de la primera plantilla, así como los accionistas más relevantes. Todas esas partidas irán dentro de un mismo paquete que el Betis no quiere que sea demasiado grande para poder respetar al menos que más de un 83 por ciento de las entradas que le correspondan al club verdiblanco vayan a los socios. Cabe recordar, sin ir más lejos, que el Sevilla destinó para sus abonados el 75 y el 78 por ciento de las localidades de las que disponía en las finales de 2016 y 2018, respectivamente. Aun así previsiblemente se quedarán más socios fuera (el Betis tiene 50.373) que los que puedan adquirir su localidad para apoyar a los de Pellegrini ante el Valencia.
Ocurre que al disputarse la final en Sevilla se diluyen dos filtros que suelen ser muy importantes a la hora de adquirir las entradas: el de la edad y el económico. Personas que por ser mayores podrían ver con dificultad la aventura de desplazarse a otra ciudad para ver un partido de fútbol sí pueden acompañar a su Betis a tiro de paseo en coche o en taxi, e incluso andando, pudiendo pernoctar luego en sus casas. Y también gente que no puede permitirse el gasto que supone el viaje y el hotel además de la entrada sí pueden acceder ahora a una final sólo por el coste de la localidad si son socios con número bajo.
Las entradas serán nominativas para garantizar su seguridad y que no se produzcan reventas y el coste también se conocerá en la reunión de hoy. El último precedente con el mismo escenario fue el precio que se fijó para las localidades de la final vasca de 2020 que finalmente se jugó sin público, entonces se presentaron unas tarifas de entre 55 y 180 euros por entrada. Está por ver si se incrementa el precio para esta primera final de la Copa del Rey con público desde la que se jugó en el Villamarín en 2019 entre el Barcelona y el Valencia.