El albergue fallido de Hytasa será un centro de formación profesional e investigación
La Escuela Mercantil adquiere la parte de la antigua central térmica donde se iba a atender a las personas sin techo
El futuro de lo que en su día fue la central térmica que suministraba energía a los talleres de Hytasa ha cambiado en los últimos días de manera radical. Si hasta hace poco en parte de sus naves se proyectaba un albergue para ‘sin techo’; ahora el destino final de esa edificación pasará a tener un uso bien diferente. La Escuela Mercantil de Sevilla ha adquirido las naves donde se había autorizado instalar el centro de alta tolerancia para personas en situación de exclusión social. Ayer se firmaba la operación de compra-venta después de que la adjudicataria del contrato para explotar el albergue renunciara a abrirlo en ese espacio.
Responsables de la Escuela Mercantil confirmaban la noticia a ABC. Esta institución educativa privada ya adquirió gran parte de la antigua central térmica el año pasado. La finca se dividió en el pasado en cuatro inmuebles. En 2020, señalan las mismas fuentes autorizadas, se llegó a un acuerdo con una de las entidades financieras propietarias de las naves y hacerse así con la totalidad del edificio. Sin embargo, en el último momento una de las empresas que ganó el concurso para la gestión del centro de alta tolerancia presentó una oferta económica mejor y se hizo con el inmueble.
El pasado 1 de marzo, el Ayuntamiento anunciaba que rescindía el contrato suscrito con la Unión Temporal de Empresas (UTE) Aossa Global S.A. y Doc 2001 S.L. para la explotación de este centro de atención ante «la imposibilidad de ejecutar la prestación en los términos inicialmente pactados por todas las dificultades encontradas de forma sobrevenida», rezaba de manera textual el comunicado oficial. Esas complicaciones no son otras que las presiones ejercidas por los vecinos y comerciantes de la zona que nada más conocerse la ubicación del albergue se posicionaron en contra. Temían un deterioro social de la zona como ha ocurrido en la Macarena donde llevan años reclamando la salida de algunos de los recursos asistenciales que hay en el barrio.
La renuncia ha llevado a los promotores de ese centro a desprenderse del inmueble que habían adquirido para tal fin y se lo han ofrecido a la escuela mercantil que quiere ampliar su oferta educativa en la capital porque la única sede que dispone en la calle Luchana, en pleno Casco Antiguo, se les ha quedado pequeña.
7 millones de euros
La inversión prevista por la Escuela Mercantil en Hytasa asciende a unos siete millones de euros para transformar un espacio que tiene cierto grado de protección por su carácter singular en el entorno y como ejemplo de arquitectura industrial. El objetivo de la Escuela es que empiece a funcionar para el próximo curso. El proyecto educativo contempla la formación profesional concertada en grado medio y superior en enseñanzas muy vinculadas a la alta tecnología como la realidad virtual, big data o la ciberseguridad. El catálogo de ciclos también incluirá la formación en áreas más tradicionales y muy ligadas a esta escuela como la administración, el comercio y el marketing.
Además, en la zona donde se había proyectado el albergue, se va a crear un centro de investigación en biotecnología del que los promotores de este proyecto educativo dicen sentirse muy orgullosos porque apenas hay ejemplos de instalaciones de estas características ligadas a un centro de formación profesional concertado.
La apertura de este centro de formación profesional podría ser el revulsivo de lo que antaño fue el corazón de los talleres de la empresa pública Hytasa. Un nombre estrechamente ligado al desarrollo y sentir del barrio del Cerro del Águila. Esta iniciativa se conoce pocas semanas después de que quedara desierta la subasta de otra parte de lo que en su día fue un gran complejo industrial. En concreto, se trataba de una parcela de 41.358 metros cuadrados ocupada por varias naves que por ahora no ha recibido ofertas.
La UTE que iba a explotar el centro para personas en exclusión social se desprende del edificio tras rescindirse el contrato