Un diálogo entre Millás y Arsuaga abre la Feria del Libro de Tomares
▶ En su pregón reflexionaron sobre su nuevo libro, ‘La muerte contada por un sapiens a un neandertal’
Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga son algo más que esa ‘extraña pareja’ que conformaron en el cine Jack Lemmon y Walter Matthau. «La nuestra es una relación que pertenece a esa categoría en la que nunca hablamos de nuestra relación», bromea el paleontólogo. Ambos fueron ayer protagonistas en la inauguración de la XIII Feria del Libro de Tomares, ya que entablaron un fluido y divertido diálogo en un pregón en el que presentaron también su nuevo libro conjunto, ‘La muerte contada por un sapiens a un neandertal’ (Alfaguara). El acto estuvo moderado por el periodista Cristóbal Cervantes.
Comenta el escritor catalán que «de Arsuaga envidio mucho su conocimiento porque admiro a la gente con pensamiento científico. El discurso científico es tan preciso que es poesía. A los estudiantes les digo que hay más poesía en el índice de un libro científico que en una biblioteca. Un ejemplo de esto es el principio de incertidumbre, que formuló Heisenberg en 1927 y que podría ser perfectamente el título de un libro de poesía. Básicamente se resume en que la mirada del observador modifica lo observado. Por eso maldigo a los que en mi juventud me dijeron que lo importante eran las humanidades».
Por su parte, Juan Luis Arsuaga dijo que «gracias a Millás veo el lado literario de la ciencia. Hace poco leí un artículo que revelaba que las galaxias envejecen de dentro hacia fuera, es decir, desde el núcleo al exterior. En nuestro libro distinguimos la muerte que viene de fuera y la que viene de dentro y que se corresponde con la vejez. Ese tipo de muerte que viene de dentro no es la literaria de ‘La muerte y la doncella’, pero está dentro de nosotros. El uso literario de la ciencia es lo que he aprendido de Millás».
Respecto al concepto de ‘obsolescencia programada’, que hoy en día se aplica a las nuevas tecnologías en cuanto a su posible fecha de caducidad, el miembro del equipo de investigación de los yacimientos de Atapuerca dice que «se habla de esa obsolescencia en los dispositivos, pero eso no es verdad. Lo que sucede es que algunas piezas pierden facultades, eso sería una buena analogía con el envejecimiento. El sofware evoluciona más deprisa que tu móvil y este ya no es útil. Esa metáfora del móvil está más cercana a lo que pasa con la vejez que la idea de la ‘obsolescencia programada’».
Otro concepto que aborda el libro es el de la conciencia de finitud. En ese sentido Arsuaga dice que «somos la única especie que sabe que va a morir, por lo cual, las demás son inmortales. El amor es eterno mientras dura. Lo mismo pasa con la vida. No creo que la muerte exista para los jóvenes, ya que estos se ven inmortales». Sobre este tema, Juan José Millás asegura que «no quiero hacer las cosas que hacen los jóvenes. Ahora me gustaría tener una vitalidad de una persona de cincuenta años. Esa es la edad en la que estás bien y ágil. La vejez no es una cosa que pase de repente, es un proceso paulatino».
La vejez es precisamente un concepto que está denostado en la sociedad occidental de nuestros días. Sobre ese asunto, el científico madrileño comenta que «si eres dueño de un banco o un rey, te respetan hasta el último día. El problema de la vejez es que uno no pinta nada, por eso dejas de ser valorado, porque los mayores no son ni social ni económicamente importantes y acabarán en una residencia. Millás sí tiene ese poder económico porque sigue vendiendo libros», bromea.
Ambos coincidieron también en la importancia del humor y de la ironía, así como la capacidad del ser humano de reírse de sí mismo.
Juan José Millás «A los estudiantes les digo que hay más poesía en el índice de un libro científico que en una biblioteca»
Juan Luis Arsuaga «Los mayores dejan de ser valorados porque no son ni social ni económicamente importantes»