ABC (Sevilla)

El líder sensato del Villarreal

▶ Las botas de Parejo comandan en el viaje a Turín por un lugar en cuartos de Champions

- IVÁN MARTÍN

La corta pero profunda leyenda del Villarreal en Europa podría ser contada como un relato de amor o, más bien, como un romance doloroso donde conviven la felicidad plena, el orgullo y la desazón. En cierta medida, el triunfo ante el Manchester United en la pasada Europa League echó una manta sobre el disgusto casi perenne de aquellas semifinale­s de Champions perdidas ante el Arsenal (ay, ese penalti de Riquelme), donde rozaron toda una final de la mejor competició­n del continente. Sea como fuere, el Villarreal perdió aquel encuentro y aunque pisó la Champions en más de una ocasión después, jamás se acercó a la gesta de 2005. Sin embargo, los de Unai Emery tienen esta noche la oportunida­d de ir saldando sus cuentas con este torneo. Ante la Juventus en Turín y tras el 1-1 de la ida, el Villarreal tratará de acceder por tercera vez en su historia a los cuartos de final de la Liga de Campeones.

Si en 2005 el estandarte, el jugador con más clase, el tipo en el que confiar cuando pintaban bastos, era Riquelme, ese rol en la actualidad es protagoniz­ado por Daniel Parejo (Coslada, 1989), un jugador que en la madurez ha encontrado su mejor versión como futbolista. Bien es sabido que Parejo deslumbró en la cantera del Real Madrid, donde enamoró a Alfredo di Stefano, que brilló en el primer Getafe europeo y que luego recaló en el Valencia, donde se convirtió en leyenda. Pero ciertament­e, en su juventud, siempre generó la sensación de ser un jugador que no explotó el total de su potencial; un mediocentr­o genial intermiten­temente que manchaba su presente con una vida extradepor­tiva dispersa. Porque el sambenito de fiestero fue la cruz de su moneda en Mestella; las imágenes en el bingo o los vídeos fumando en discotecas ayudaron a ello. Pese a todo, es un jugador capital en la historia reciente del Valencia, un lugar donde levantó una Copa del Rey y donde es considerad­o un hijo más. Porque el fútbol se sobrepone a la palabrería y su fútbol nunca ha estado en discusión.

Asimismo, aunque el beneplácit­o de la afición ché era innegable, su tiempo en Valencia acabó de forma turbulenta (como todo lo que rodea al club en la última década) y el Villarreal se cruzó en su camino.

Con el corazón herido y superada la treintena, Daniel llegó hace dos estíos a un equipo que desde el primer momento le concedió un papel capital en su engranaje. Emery, que ya intentó ficharle cuando entrenaba al Sevilla, vio en Parejo la piedra angular de su proyecto, vislumbró a un talento en su cénit psíquico y futbolísti­co, sobrado de temple y clase, capaz de maridar a la perfección con Capoue y Trigueros en la medular, y con Gerard Moreno en la línea ofensiva. El técnico vasco no erró y juntos sorprendie­ron al continente ganando la Europa League al United.

Ahora, casi un año después de la final de Gdansk y con la plantilla a buen nivel tras un inicio de curso dubitativo, el Villarreal viaja al Piamonte dispuesto a soñar. «Ellos son favoritos, pero confiamos en nuestras posibilida­des», señaló el entrenador guipuzcoan­o en la víspera del choque.

Una Juventus al alza

Parejo igualó el encuentro de ida en La Cerámica y canalizó el fútbol ofensivo de su equipo en un empate a uno que pudo acabar en victoria amarilla. Y en él reside la esperanza de un pueblo de seguir con vida en la Champions. Con la duda de Gerard y Albiol (ambos renqueante­s), pero con su mejor mediocentr­o en un momento óptimo, el Villarreal se medirá (21.00 horas, Movistar Liga de Campeones) a una Juve que suma cuatro victorias consecutiv­as y que desde el fichaje de Vlahovic vuelve a ser temible.

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EP Dani Parejo, con la camisa del Villarreal//

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