El insospechado don de Benzema
▶ El francés, máximo goleador en activo de LaLiga con la cabeza: suma 33 dianas
Benzema (34 años) es fútbol en estado puro. Asociación, regate, verticalidad, velocidad, pausa, asistencias, goles... No le falta de nada. Uno de los nueves más talentosos de la historia del Madrid y del fútbol. Un bailarín con tacos que tras la marcha de Cristiano, en el verano de 2018, acumula cuatro temporadas de constante brillantez y perfeccionamiento, para delicia de los amantes del fútbol. Su crecimiento ha coincidido justo cuando la gran mayoría de jugadores comienzan su declive, lo que le da más mérito a su rendimiento sobre el verde. Una hoja de servicios en la que, seguramente, el remate de cabeza estaría en la última posición de la lista de virtudes de Benzema, pero es una percepción totalmente equivocada. Su tanto con la testa en Mallorca le ha convertido en el máximo goleador en activo de LaLiga en esta faceta (33), superando a Álvaro Negredo (32).
«Sí que mejoró muchísimo, sobre todo gracias a su movilidad dentro del área, porque la defensa no le tiene controlado. En mi caso es más ‘fuerza bruta’. A mí me dicen que tengo un cuádriceps en el cuello», explica a ABC el delantero del Cádiz. Negredo también incide en la importancia del centro, como el que en Mallorca le puso Marcelo a Benzema: «Eso ayuda mucho y puede marcar la diferencia».
Una perspectiva que también comparte Santillana, seguramente el mejor rematador de cabeza de la historia: «Está sabiendo leer a la perfección a las defensas rivales, y suma también los buenos centros que le ponen Carvajal, Lucas, Marcelo, Vini o Asensio».
Benzema tiene muchos dones, y ese es uno, explican en el Madrid. En la actualidad, ni Karim ni casi ningún futbolista de élite entrena los remates de cabeza de manera específica, entre otras razones porque no es sano para la propia cabeza, pero antiguamente no era así. «Yo lo ejercitaba rematando contra una pared, igual que lo haces con el pie. También se hacían rondos con los compañeros solo con golpeos de cabeza. Así normalizabas el gesto, lo interiorizabas, le cogías la distancia al balón...», detalla Manu Sarabia, uno de los grandes delanteros centros de la historia del Athletic Club.
La marcha de Ronaldo hizo que al extenso repertorio de Benzema se le añadieran otros poco frecuentados por la presencia del portugués. Uno de ellos es el tiempo que pasa en el área rival. Es el único nueve sobre el campo y eso le obliga a ocupar el rol que antes tenía Cristiano. Su talento y su capacidad natural para leer las jugadas del modo más eficiente hace el resto. «No tiene ese salto vertiginoso como el que tenía Cristiano. Ni le imprime la fuerza al remate que le daba el luso, pero es astuto. Me gusta cómo le gana la espalda a los defensas y se mete entre los centrales, o cómo amaga con ir al primer palo para luego atacar el segundo. Y gira muy bien el cuello», explica Santillana.
«Utiliza más la técnica que la potencia, como también me sucedía a mí. Por ejemplo, en el caso de Santillana destacaba más la potencia, aunque también ejecutaba maravillosamente la técnica. Benzema, con sus gestos técnicos, intenta acompañar a la pelota. Antiguamente se ganaba la posición por fuerza, ahora se hace por inteligencia, colocación y anticipación. Benzema lo que hace es un pase a la red, en lugar de un remate. Busca las esquinas, picarla abajo, superar al portero por arriba o pillarle al contrapié», detalla Sarabia.