La represión provoca una estampida récord de cubanos al exilio
Ha pasado un año desde el en decenas de ciudades cubanas. Aquello provocó la furia del régimen para matar la esperanza de cambio. Más de 150.000 personas han huido de la isla en los últimos meses Maykel Castillo ‘Osorbo’ José Daniel Ferrer L. M. Otero Alc
oy, las calles de Cuba están silenciosas y tristes, la esperanza que hace un año las recorrió ha desaparecido, y el miedo, que carcomió a varias generaciones en el pasado, se ha instalado en otra más, la de los jóvenes, golpeados, encarcelados, expulsados de su país a la fuerza por pedir libertad. La maquinaria represiva del régimen ha demostrado una vez más que no hay espacio para la más mínima divergencia, y ha impuesto, manipulando la Justicia, un manto de silencio sobre los cubanos.
Hoy se cumple un año del 11-J, un día en el que el mundo fue testigo de la mayor protesta antigubernamental acaecida en Cuba en más de seis décadas; de un estallido social sin precedentes, pero también de una represión brutal por parte del régimen. Desde hacía varias semanas se agravaba la crisis económica y sanitaria: inflación, hospitales colapsados, falta de medicamentos y aumento de contagios y fallecidos por Covid, así como cortes continuos y extensos de electricidad. La pésima respuesta –o ignorancia– gubernamental incentivó el descontento social.
Era mediodía de un domingo cuando cientos de ciudadanos se lanzaron a las calles de San Antonio de los Baños, localidad cerca de La Habana, a marchar para protestar por los apagones, pero el malestar era más profundo y las demandas más extensas. Miles de cubanos seguían la manifestación espontánea en vivo por las redes sociales. En menos de una hora, ETECSA, la única empresa de telecomunicaciones de Cuba, cortaba internet en la zona (el apagón se extendió durante varios días). Al finalizar la tarde, el estallido social se había contagiado a más de 60 localidades de todas las provincias del país, miles de personas salieron a gritar y corear consignas como «Comida y medicinas», «Patria y Vida» (título de una canción,
HDetenido en mayo de 2021, fue condenado a 9 años de cárcel el mes pasado por desacato, atentado, desórdenes públicos y difamación. Es coautor del tema que ha servido de himno a las protestas.
Arrestado el 11-J, fue condenado a culminar una sentencia de cuatro años. La ONU lo considera actualmente ‘desaparecido forzoso’ tras no tener la familia ningún contacto con él desde hace un mes.
Miembro de Movimiento San Isidro, como Osorbo, ha sido condenado a 5 años de cárcel por ultraje a los símbolos de la patria, desacato y desórdenes públicos. Actualmente está en huelga de hambre.
Activista, promotor del 15-N
Miembro del grupo Archipiélago, promotor de la marcha del 15-N, fue hostigado durante días, lo que le llevó a abandonar Cuba ante la amenaza de ser encarcelado. Actualmente vive en España. que se convirtió en lema de las protestas), «Abajo el comunismo», «Abajo la dictadura», «Libertad», «No los queremos, no los necesitamos»...
Orden de combate
La respuesta de las autoridades fue la represión. El propio presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, compareció en la televisión nacional para dar «orden de combate» para frenar las manifestaciones. Miles de cubanos resultaron golpeados y/o detenidos y al menos un ciudadano murió como consecuencia de los disparos de la Policía. En las semanas siguientes, cientos de personas serían arrestadas en sus viviendas o centros de trabajo mediante operativos de persecución a todos aquellos mínimamente relacionados con las protestas.
El régimen se ha negado a informar de la cifra oficial de detenidos y procesados judicialmente, pero ONG como Prisoners Defenders (PD), CubaLex, Human Rigths Watch (HRW) y el grupo de trabajo Justicia 11-J han documentado cientos de casos. Justicia 11-J ha registrado 1.484 detenciones vinculadas al 11-J, de las cuales 725 personas continúan en prisión.
Otros patrones represivos fueron las desapariciones forzadas y la violencia en detenciones y en centros de reclusión, muchos fueron golpeados, torturados e incluso obligados a gritar consignas ‘revolucionarias’. El informe presentado ante el Comité contra la Tortura
CÁRCEL, DESAPARICIÓN FORZADA Y EXILIO