Apocalipsis ‘now’
FUNDADO EN
1903 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA
«No es la primera vez, y espero que no sea la última, en que lo que llamamos nuestra ‘civilización’ atraviesa una crisis general de valores. Sin ir más lejos, la del primer milenio trajo todo tipo de seísmos sociales y económicos, con el fin del mundo como eje. Algo de ello hubo al aproximarse el segundo milenio, pero nada comparable en intensidad y extensión. Lo atribuyo a que en el año 2000 vivíamos bajo el complejo de Francis Fukuyama, el analista norteamericano de origen japonés, que sostenía que la Historía se acabó con el hundimiento del Muro berlinés y el triunfo de la democracia sobre el totalitarismo»
continúa su proceso hacia la desertización o martización, pues será como Marte, un planeta al que paradójicamente intentamos colonizar y poblar de vida orgánica. Siempre hemos sido contradictorios. Creo recordar que fue Carl Sagan quien dijo que los viajes espaciales eran para asegurarnos un lugar donde vivir para cuando la Tierra se hiciera inhabitable. Aunque más sencillo sería evitarlo. Con ello vuelvo al tema del comienzo. ¿Estamos en los preludios del Apocalipsis, con la segunda venida de Jesús, ya no como víctima de nuestros pecados, sino para anunciarnos el fin del mundo, con la gran batalla entre el bien y el mal, el Armagedon tras el que vendría la resurrección de todos los muertos y el Juicio Final, en el que quienes se habían negado a acatar la ley divina serían condenados al fuego eterno? Mientras, los justos vivirían en la gloria o paraíso, aquí en la Tierra, conforme a la ley del Señor, que nada tiene que ver con el ‘asalto al cielo’ de los marxistas y también con las utopías de algunos religiosos.
Los síntomas actuales, como he explicado antes, coinciden, pero si las historias terrenales contienen abundante simbología, las religiosas lo son enteramente. No por nada, Jesús enseñaba a base de parábolas. Y todo ello, aparte de que el infierno está muchas veces en la Tierra y quien quiera conocerlo que se fije en cómo están viviendo los ucranianos y los cadáveres de civiles arrumbados en sus mazmorras y calles.
Como no soy experto en temas bíblicos y los históricos los abordo con el debido escepticismo, les ruego que tomen esta divagación sobre el momento en que vivimos con idéntico espíritu. No es la primera vez, y espero que no sea la última, en que lo que llamamos nuestra ‘civilización’ atraviesa una crisis general de valores. Sin ir más lejos, la del primer milenio trajo todo tipo de seísmos sociales y económicos, con el fin del mundo como eje. Algo de ello hubo al aproximarse el segundo milenio, pero nada comparable en intensidad y extensión. Lo atribuyo a que en el año 2000 vivíamos bajo el complejo de Francis Fukuyama, el analista norteamericano de origen japonés, quien sostenía que la Historía se acabó con el hundimiento del Muro berlinés y el triunfo de la democracia sobre el totalitarismo y de la economía de mercado sobre la estatalista. Algo así como un ‘Apocalipsis Happy End’. Hoy sabemos que no ha sido así y el propio Fukuyama ha rectificado algunos de sus esquemas, de los que les hablaré otro día para no resultar tedioso. Y en cualquier caso les deseo un Año Nuevo algo mejor que su predecesor, para lo que no necesitaría esforzarse mucho.