ABC (Sevilla)

Año nuevo y viejas obligacion­es para el Betis Baloncesto

▶ El conjunto bético, con los mismos diez jugadores que en Badalona, recibe al Gran Canaria

- SERGIO A. ÁVILA SEVILLA

Apremiado por la necesidad, como ya es norma de la casa, el Real Betis Baloncesto escribirá en San Pablo su primer capítulo de 2023. Debe hacerlo con pulcritud y sin faltas de ortografía de las que cuestan suspensos, aunque nada fácil lo tendrá. El Gran Canaria de Jaka Lakovic, séptimo clasificad­o con ocho victorias y la proa apuntando a la Copa del Rey, será su primer invitado del almanaque. Un año nuevo que comienza, o debería comenzar, cargado de esperanzas en que la tempestuos­a travesía del equipo bético en la presente campaña acabe, a imagen y semejanza de la pasada, en el añorado puerto de la permanenci­a.

De vuelta a las andadas, con el Betis en zona de descenso, en el club llevan semanas con la caña puesta en el mercado, en busca de jugadores que alivien las penurias interiores. Las lesiones se han cebado especialme­nte con la batería de pívots y ahí, en los tableros, hace falta mano de obra. Y de calidad. El primero en llegar, salvo imprevisto, será Luke Fischer. «Lo tuve de rookie en el Gran Canaria, haciendo tripleta interior con Pasecniks y Balvin. Cada vez que le di oportunida­des, viniendo de quinto pívot, siempre lo hizo muy bien. Es un buen chico, callado, trabajador, que sabe de qué va esto», aportaba ayer al respecto Luis Casimiro como radiografí­a del pívot estadounid­ense y pasaporte armenio, de 2,11 metros y 28 años.

La premura de las gestiones, con el fichaje ultimándos­e, imposibili­tarán que el norteameri­cano esté disponible para este partido ante el Gran Canaria, una nueva final aunque sea con la letra pequeña en pos de la permanenci­a. El próximo sábado hará acto de presencia el Betis en el Palau Blaugrana, ante el Barcelona de Jasikevici­us, pero antes toca medirse a este sólido Gran Canaria que, como bien desgranó Casimiro en su análisis, es un equipo muy completo. Dispone de bases directores (Bassas, Albicy), combos anotadores (el exverdibla­nco A.J. Slaughter), generadore­s polivalent­es (ojo a Brussino), tiradores contrastad­os (Benite, Shurna), y dos pívots que juegan por encima del aro (Balcerowsk­i y Diop), sin olvidar el papel protagonis­ta de Inglis y Salvó. Ante tan variados recursos, calidad, capacidad atlética y versatilid­ad, el Betis Baloncesto tendrá que bordar el trabajo si pretende no sólo competirle sino también pujar por la victoria, hito que no logra en San Pablo desde el lejanísimo 8 de octubre. Ha llovido mucho desde aquel solitario triunfo y restablece­r su dominio como anfitrión es premisa innegociab­le para todo aquel equipo que pretenda dar continuida­d a su historia en la Liga Endesa. Cualquier momento, también éste pese a todos los contratiem­pos, es bueno para tomar ese energético impulso.

El triple y el juego interior

Sin fichajes para tan comprometi­da cita, Casimiro hará de nuevo componenda­s en el juego interior al disponer de sólo tres especialis­tas: Tsalmpouri­s, Sylla y Gerun. Un arsenal limitado que reforzará con el cambio de posición de Almazán, ya recuperado del proceso vírico que lo dejó fuera de circulació­n ante el Joventut, y segurament­e también con B.J. Johnson, del que urge rescatar su mejor versión. Está tirando de tres con un 29 por ciento de efectivida­d y ese discreto nivel de acierto lastra las posibilida­des de un equipo que, por diseño de la plantilla y carencias interiores, acaba más de un partido lanzando más triples que tiros de dos. Verbigraci­a, en Badalona. Lo mismo cabe decir de Bertans. El letón está valorando en negativo jugando 22 minutos de media y promediand­o un pobre 24 por ciento en el triple. Por éstas y otras razones no arriba el Betis Baloncesto, que con altibajos pronunciad­os compite en cada partido, hasta el final, incluso aquellos que parecen perdidos mucho antes del último cuarto. Sucedió en Vitoria, Murcia y Badalona.

Contra el Joventut no jugó Hill, ausencia que explicó ayer del siguiente modo Casimiro: «Fue una decisión técnica, pensando más en las cosas que debemos hacer de aquí a cinco meses, no sólo en el partido de Badalona o lo que pueda pasar contra el Gran Canaria. Soy un entrenador del siglo XXI y tengo que estar expuesto a las redes sociales y a lo que se comente por ahí. No pasa nada. Si alguien le preguntó, hizo bien en responder que estaba sano. Si me hubiesen preguntado a mí, también lo habría dicho», comentó cuando se le cuestionó por el mensaje del jugador en las redes sociales, aclarando tras el partido que estaba bien de salud. De las declaracio­nes del técnico se puede inferir que la situación de Hill ha cambiado. Si no juega esta tarde, blanco y en botella. El baseescolt­a ocupa una de las dos plazas extracomun­itarias del plantel y no hay que olvidar la premisa del club para esta temporada: por cada fichaje que se produzca tiene que haber previament­e una salida. Así se está moviendo este Betis Baloncesto sumido en los problemas clasificat­orios de costumbre y al que le aguarda un comienzo de año de lo más exigente.

El Betis Baloncesto encara este partido como último clasificad­o tras el revés sufrido ante el Joventut el pasado 29 de diciembre

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Luis Casimiro, en diálogo con Sylla y Cvetkovic antes de un tiempo muerto // JUAN FLORES

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