Identidad en serie
En un libro reciente, el filósofo alemán Christoph Menke pone de ejemplo a Walter White (‘Breaking Bad’) para explicar una teoría de la liberación. La libertad tendría en sí algo decepcionante pues acaba dando lugar a nuevas situaciones de dominación, así que el autor (en resumen brutal) propone una teoría de la libertad como liberación, como proceso, como acto sin cristalizar que se inicia con una ruptura, una sacudida.
La observa en Walter White cuando rompe con su profesión y hasta con su estado de enfermo. Esa ruptura puede consistir en un cambio repentino en la visión del mundo; quizás él mismo lo explicaba en su clase de química: «Cuando una reacción es gradual, el cambio de energía es leve. Ni siquiera te das cuenta de que está ocurriendo la reacción... Las explosiones, por otro lado, son resultado de reacciones químicas que ocurren casi instantáneamente».
Menke ya había escrito cosas muy sesudas sobre Walter White, al que considera un ejemplo de serialidad, de cómo la propia estructura de la serie televisiva se traduce en constantes cambios de identidad. Esto se observa aún más en la siguiente creación de Gilligan, el Saul Goodman de ‘Better Call Saul’ (BCS), cuyo final estuvo entre lo mejor de 2022. El personaje empieza siendo Slippin’ Jimmy, un joven timador; pasa a ser Jimmy McGill, el abogado que ansía ser admirado por su hermano; luego Saul Goodman, defensor de narcos y finalmente Gene, el encargado de una tienda de rollos de canela. En esta evolución hay una tragedia shakesperiana, la caída en desgracia de un protagonista noble pero atribulado.
BCS ha llevado la serialidad identitaria a un virtuosismo. La degradación trágica conduce a Jimmy al desastre, pero a la vez, en pirueta redentora, se salva al final, logra desandar el camino, superar lo peor de Gene y Saul y remontarse al primer Jimmy, donde aun brillaba la posibilidad de algo bueno.
La causa de su tragedia (pasar de Jimmy a Saul) es Kim, causa también de su superación. Sobre la proteica libertad del personaje, se adivina algo más consolador: es la mujer, con su amor, la que da forma a la vida.
Christoph Menke pone de ejemplo a Walter White (‘Breaking Bad’) para explicar una teoría de la liberación