Superbigote y Cilita invaden los hogares venezolanos por Navidad
▶ Ya se han repartido miles de réplicas de estas figuras entre los niños de un país donde la precariedad contrasta con las fantasías lúdicas de la pareja presidencial. En el mercado hay doce millones de copias
Mientras en Venezuela crece la desnutrición infantil, que alcanza ya al 37% según los estudios, y aumenta la deserción escolar por el deterioro del sistema, Nicolás Maduro y su esposa se han convertido a sí mismos en héroes de juguete que están siendo entregados a los niños frente a las cámaras esta Navidad como una parte más de la propaganda del régimen. La representación de él es la de un hombre atlético, delgado, con capa y bigote, de hecho lleva el nombre de Superbigote. Ella, Cilita Flores, aparece como una estilizada rubia con gafas llamada, cómo no, Cilita. Una versión mejorada de la pareja presidencial que, en realidad, está muy lejos de parecerse al corpulento jefe del Gobierno y a la primera dama, que el léxico revolucionario chavista denomina también «la primera combatiente».
La cadena estatal Venezolana de Televisión (VTV) fue la encargada de retransmitir el reparto de 2.000 muñecos, que encabezó la propia vicepresidenta del país, Delcy Rodríguez, en una veintena de localidades afectadas por las lluvias torrenciales en Tejerías que hace dos meses asolaron el céntrico estado Aragua. Ella puso cifras al despliegue de recursos que ha conllevado esta insólita campaña. «Más de 12 millones de juguetes han sido distribuidos en todo el país por la Navidad», precisó. «Los niños de verdad están muy contentos y complacidos», afirmó la número dos del Gobierno de Caracas.
MARTES 03.01.2023
Aunque es la primera vez que cobra dimensión física y se puede tener entre las manos, la figura de Superbigote es de sobra conocida en Venezuela. Surgió en 2019, cuando el entonces presidente de Ecuador, Lenín Moreno, acusó a Nicolás Maduro de orquestar las protestas contra su Gobierno, y este no dudó en burlarse del poder que le otorgaba el ecuatoriano haciéndose dibujar como un personaje de ficción con capacidades sobrehumanas, lo que no era otra cosa que una parodia de los superhéroes del cómic norteamericano.
Maduro dijo que con sus bigotes no tumbaba gobiernos: «Yo no soy Superman, soy Superbigote». Así nacieron los dibujos animados chavistas al estilo de Batman que sigue formando parte de la programación de la VTV, en los que el presidente combate a los Estados Unidos y sus aliados, y el principal villano de la serie no es otro que es Donald Trump.
Maduro disfruta del cómic, financiado con fondos públicos, tanto que él mismo lanza cada nuevo episodio promocionándolo en las redes sociales como un gran espectáculo mediático antiimperialista.
Con todo, la aceptación de los muñecos que se distribuyen estos días dista de la mucho de la que se pudo pensar en el Palacio de Miraflores. «Hemos recibido juguetes corrientes de la municipalidad, pero no los muñecos presidenciales. He visto las fotos de Superbigote y de su mujer, me parece un horror, preferiría que nos regalaran pan u otros juguetes», comentó a ABC Albita, madre de una niña de 2 años, que vive en una localidad andina del estado Trujillo.
A su lado, el tío de la pequeña deja claro su rechazo. «Me parece absurdo que regalen los muñecos. Los quemaré como quemo la basura. Esto es una burla a los niños, no se lo merecen», zanjó.
Parodia Nicolás Maduro se hizo representar como un superhéroe de cómic en 2019. La tele emite los dibujos animados, que él promociona en sus redes