ABC (Sevilla)

¡Mírala cara a cara que es la primera !

- MARTA CARRASCO SEVILLA

s el baile regional más universal del mundo si tenemos en cuenta que lo bailan desde reyes a plebeyos. Bailando por sevillanas todos somos iguales. Nuestros cuerpos saben el ritmo, todos quienes conocen el compás pueden bailar por sevillanas. Es un baile de roneo, que une, que agrupa y que hace comunidad.

¡Mírala cara a cara, que es la primera!... y comienzan las cuatro sevillanas que todo el mundo danza y que pocos conocen en su magnitud de pasos, giros y braceo. Porque aunque no se lo crean, las sevillanas son un baile muy difícil de ejecutar, que el pueblo ha simplifica­do para hacerlas suyas.

Las sevillanas son un baile que tiene coreología. En 1912, el maestro José Otero editó el libro ‘Tratado de bailes’, uno de los primeros manuales en los que se recoge un sistema de notación coreográfi­ca hasta entonces inexistent­e, a base de dibujos de los pies que señalaban cómo y dónde deben situarse los bailarines en cada uno de los tercios de las cuatro sevillanas.

El manual se añade a otros escritos siglos atrás como ‘Discursos sobre el arte del danzado’, escrito por el sevillano Juan de Esquivel Navarro, discípulo de Almeda, el maestro de baile de Felipe V, en 1642; o ‘La Bolerologí­a’ de Rodríguez Calderón de 1807, al que se une el ‘Compendio de las más principale­s reglas de baile’ de Antonio Cairón y editado en 1820.

Cuando escribe este manual el maestro José Otero, ha recorrido ya teatros de París y Londres, como así lo describe el prologuist­a de su libro, nada menos que el periodista Manuel Chaves Nogales. «Otero es una verdadera autoridad en el arte de Terpsícore, algo así como Blasis o un Drespaux», dice Chaves Nogales.

Y más adelante añade: «y ahora lector, si quieres salir un acabado y perfecto

Ebailarín y lucirte cuando la ocasión lo reclame..., lee con detenimien­to y fijeza las páginas que siguen».

La técnica y los pasos

El maestro Otero, en el capítulo de las sevillanas, las incluye en la parte de los bailes andaluces y de palillos. A pesar de ser un maestro de baile, en su manual reconoce que la espontánea afición a las sevillanas (entonces ya se decía así), se debe a que «no se bailen generalmen­te conforme a las lecciones de un maestro, lo cual desmerece en gran manera su ejecución».

Señala que las sevillanas la componen siete coplas distintas (refiriéndo­se a las cuatro populares y las tres boleras), indicando que, «es más frecuente bailar las cuatro primeras en atención a que las otras tres son de difícil ejecución».

Hace varias veces alusión al origen de las sevillanas en referencia a las seguidilla­s y dice que «en tres partes se halla dividida cada copla y para ejecutarla­s, se sitúan las bailaoras una frente a otra, siendo dos señoritas». ¿Por qué indica esto último? Porque el maestro más adelante dice que el hombre cuando baila, sale junto a la mujer y al iniciarse la música, se coloca frente a ella, costumbre ésta que se ha perdido en los últimos cincuenta años. El maestro escribe: «si es un caballero y una señorita los que van a bailar, él se colocará a la derecha y al empezar la salida, hará tres pasos al frente empezando con el pie izquierdo, dará media vuelta y hará frente a la pareja iniciando la primera copla».

La descripció­n de los pasos de las cuatro sevillanas es impresiona­nte porque Otero no sólo especifica el movimiento, sino también concreta detalles como que cada paseo tiene cinco tiempos y se denomina ‘paseo de sevillana’ a la salida de cada tercio; o ‘salerito’, al paso de la tercera parte de la primera copla e indica cómo se debe terminar diciendo: «si son dos señoritas darán

Es el baile regional por excelencia. El más bailado y el más conocido. En 1912 el maestro Otero publicó ‘Tratado de bailes’, manual de danza donde codificaba, señalaba los pasos, giros, brazos y posiciones

Detalle Las sevillanas son un baile que tiene notación coreográfi­ca realizada por el maestro José Otero

una vuelta a quedar una frente a la otra, quedando en actitud. Si es un caballero y dama, al hacer el primer tiempo de una pasada y el segundo, el caballero lo hará procurando concluir al lado de la dama, como estaban antes de empezar la música».

El maestro Otero había aprendido las sevillanas con el maestro Avilés, el cual tenía su academia en Sevilla en la calle Palacios Malaver, pero fue Amparo Álvarez ‘La Campanera’ quien modificó el final de las coplas. Al maestro Otero no le gustaba que los hombres termi

Referentes El maestro Realito, Los Pericet, Enrique el Cojo, Matilde Coral son algunos de los históricos

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain