Proyecto pionero para mejorar la alimentación de los pacientes oncológicos
HOSPITALES
Un grupo de especialistas andaluces ha creado el proyecto NOA, Nutrición Oncológica en Andalucía, cuyo objetivo es mejorar la nutrición del paciente oncológico. Un total de 16 profesionales de siete hospitales y un centro de salud participan en esta iniciativa, liderada desde la unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla.
En concreto, colaboran los hospitales Virgen del Rocío y Virgen Macarena (Sevilla); Puerta del Mar y Hospital de Jerez (Cádiz); Regional Universitario y Virgen de la Victoria (Málaga); Reina Sofía (Córdoba); y el centro de salud Virgen del Mar (Almería). Es importante destacar que han participado profesionales de distintas especialidades (endocrinólogos, oncólogos, radioterapeutas, enfermeras, y dietistas) y asociaciones de pacientes.
Hasta la fecha, se han completado tres fases del proyecto. En la primera se evidenciaron 26 áreas de mejora, que en una tercera fase se han evaluado prospectivamente en tres de los centros (los hospitales Virgen del Rocío, Virgen Macarena y Regional de Málaga). Así, han comenzado con la implementación de tres de ellas, que se centran en la evaluación de indicadores sobre cribado nutricional y en los comités de tumores.
El punto de partida de todos estos datos es que, según la práctica clínica, los pacientes oncológicos sufren con gran frecuencia desnutrición, debido a anorexia asociada a la patología oncológica con disminución de la ingesta y al propio catabolismo inducido por el tumor.
Además, cuando están en tratamiento oncológico sufren de vómitos, náuseas y trastornos intestinales que pueden llevar a mayor pérdida del apetito y pérdida de peso. Existe una relación directa, por tanto, entre el estado nutricional, capacidad funcional, calidad de vida, y respuesta al tratamiento oncológico. De hecho, la desnutrición puede influir en los resultados del tratamiento oncológico, retrasar la cicatrización de heridas, empeorar la función muscular y aumentar la morbilidad quirúrgica y el riesgo de complicaciones postoperatorias.
También puede afectar la tolerancia y la respuesta a los tratamientos antineoplásicos, lo que a su vez puede conducir a una estancia hospitalaria prolongada, aumentar el riesgo de interrupciones del tratamiento e incluso reducir la supervivencia.