La mayoría de demócratas están en contra de la candidatura de Biden
▶En un vídeo, el presidente asegura que los «radicales» se alinean para acabar con las libertades fundamentales ▶ Una encuesta de esta semana señala que el 70% de los estadounidenses dicen que Biden no debería presentarse
Hace tres años, en el comienzo de la campaña de las presidenciales de 2020, Joe Biden aseguró que sería un «puente, nada más» hacia las nuevas generaciones de líderes demócratas. Muchos entendieron que era una promesa de que Biden, entonces en primarias disputadas con Bernie Sanders y que buscaba convertirse en el presidente más anciano de la historia de EE.UU., cedería el testigo tras cuatro años de presidencia.
El puente, sin embargo, va camino de una ampliación formidable. Hace mucho que Biden no oculta su intención de presentarse a la reelección, lo que, entre otros efectos, ha arrinconado a esa nueva generación de líderes demócratas que podría aspirar a la Casa Blanca. Desde las elecciones legislativas del año pasado –con mejores resultados para los demócratas de lo esperado– se da por hecho que se volvería a presentar y ayer, como había sido telegrafiado desde la semana pasada, lo ha confirmado.
«Cada generación de estadounidenses se ha enfrentado a un momento en el que tienen que defender nuestra democracia, defender nuestras libertades personales y defender nuestro derecho al voto y nuestros derechos civiles», defiende Biden en el vídeo con el que ha hecho el anuncio. «Este es nuestro momento. Acabemos el trabajo», remata como justificación para ir a por otros cuatro años.
6 de enero de 2021
El formato del anuncio deja claras las líneas centrales de la que será su campaña. El vídeo arranca con imágenes del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, protagonizado por una turba de trumpistas espoleados por la campaña de Donald Trump contra el resultado de las elecciones de 2020, y otra de una manifestación ante el Tribunal Supremo
por su decisión del año pasado contra el acceso al aborto. «Libertad. La libertad personal es fundamental para definirnos como estadounidenses», dice el presidente, que arranca con un concepto que une a demócratas y republicanos, y asegura que su primer mandato se ha centrado en «luchar por nuestra democracia». Su voz adopta un tono sombrío para decir que los «radicales MAGA» –una referencia al ‘Make America Great Again’, ‘Volver a hacer grande a EE.UU.’, el lema de Trump con el que se define a sus seguidores acérrimos– se alinean para «acabar con esas libertades fundamentales».
Biden no menciona a Trump, que apunta a ser su rival otra vez en las presidenciales pero sí pone su imagen. Y junto a él, a Ron DeSantis, el otro republicano que podría aspirara a la candidatura del partido.
Muchas de las escenas en las que aparece Biden son en sus labores presidenciales, una señal clara de que tirará de la imagen de la Casa Blanca en campaña. Los presidentes en su cargo parten con ventaja: dominan la agenda, dan imagen de efectividad y tienen capacidad de estar en los medios todos los días. La gran mayoría de los presidente que van a la reelección la ganan. En el último siglo, solo la han perdido cuatro presidentes: Herbert Hoover, Jimmy Carter, George Bush y Donald Trump.
Biden buscará combinar sus éxitos legislativos –un plan de infraestructuras multimillonario que se resistía a los anteriores presidentes, el paquete de rescate del Covid-19, rebaja de precios en fármacos, ayudas a veteranos– con el miedo a otra presidencia turbulenta de Trump. Pero el presidente tendrá una elección cuesta arriba. El anuncio de su candidatura –un vídeo, en lugar de un discurso en directo– también da pistas de ello. Una de las claves de su victoria en 2020 es que la pandemia le permitió refugiarse en el sótano de su mansión en Wilmington (Delaware) y hacer campaña
En la campaña de 2020, Biden aseguró que sería un «puente, nada más» para las nuevas generaciones de líderes demócratas
Si gana las primarias y las presidenciales de 2024, podría llegar al final de su segundo mandato con los 86 años cumplidos