Hacienda rebajará un 25% los pagos por IRPF a agricultores y ganaderos
▶ El campo ve positiva la medida pero exige las ayudas concretas para la sequía Base imponible
que mantener es del 34,4%, cuando en la media de los países europeos de la OCDE no llega al 30%. Y si se trata de una pareja con dos hijos en la que los dos trabajan y perciben el salario medio la cuña es del 38,2% (37,2%).
El cálculo agregado realizado por la OCDE concluye que la diferencia entre la cuña fiscal individual (39,5%) y la cuña fiscal familiar (34,4%) en España, o lo que es lo mismo el peso de los beneficios fiscales a las familias, es de apenas cinco puntos, la mitad que en la media de los países desarrollados (nueve puntos). Si se cogen ejemplo más cercanos, esa diferencia en Alemania es de quince puntos; en Italia, de once puntos; y en Francia de cerca de ocho puntos. Mientras que en términos generales España es el 16º país desarrollado con la cuña fiscal más alta, en lo que a las familias se refiere está en el top 5 solo por detrás de Bélgica, Turquía, Italia y Francia.
Hacienda recortará los pagos por IRPF a parte de los agricultores y ganaderos. Según anunció ayer el Gobierno, está previsto establecer una reducción general del rendimiento neto del 25%, que podrán aplicarse los cerca de 800.000 de estos trabajadores que tributan por el sistema de módulos. Al mismo tiempo, determinados sectores en situación «más vulnerable», en palabras del Ministerio de Agricultura, se beneficiarán de reducciones específicas, del 50% en el caso del olivar, el almendro y la apicultura, y del 30% para cereales, oleaginosas y leguminosas, así como el castaño, melocotón, nectarina, albaricoque y los demás sectores ganaderos.
Pese a haber acogido la medida como algo «positivo», agricultores y ganaderos consideran que no es suficiente, y esperan que el Gobierno apruebe «cuanto antes» las ayudas prometidas para paliar los efectos de la sequía, con «medidas contundentes» que permitan hacer frente a la «muy difícil situación» que está afectando ya a cosechas de trigo y cebada, así como a cultivos leñosos, explican desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
De este modo, la petición del campo, que espera desde hace días las conclusiones de la mesa de la sequía, llega a la vez que el anuncio del Gobierno. «Nos parece positiva esta rebaja fiscal, porque todos en 2022 hemos pasado una situación de dificultad, no solo por la climatología sino por la guerra de Ucrania, pero no atiende a la realidad que estamos padeciendo en 2023, que es sin duda mucho más difícil», cuenta Andrés Góngora, el responsable de Fiscalidad Ejecutiva de COAG.
Los regantes apuntan en una dirección parecida: «La valoración de la reducción de la tributación es positiva, pero ahora lo que necesitamos es otro real decreto ley que, como ha pasado en otros periodos de sequía, apruebe la exención de los cánones de regulación y las tarifas de utilización del agua, ya que muchas de las comunidades se han quedado sin ella. Es una atención que deberían tener con nosotros los ministerios de Transición Ecológica y Hacienda», explica
La minoración de los Índices de Rendimiento Neto aplicables en 2022 supondrá, según las estimaciones del Ejecutivo, una rebaja de la base imponible del orden de 1.807 millones de euros.
El Gobierno permitirá que los declarantes en estimación objetiva agraria del IRPF puedan minorar el rendimiento neto previo un 35% por adquisición de gasóleo agrícola, y un 15% por compra de fertilizante.
Hacienda tiene previsto el mantenimiento de los índices correctores que se establecieron el año pasado por piensos adquiridos a terceros, un 0,5 en este caso; así como por los cultivos en tierras de regadío que utilicen energía eléctrica, que se reduce a 0,75. el secretario general de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Juan Valero de Palma, en conversación con ABC. También ayer presentaron su balance de la situación de sequía, que calificaron de «muy complicada». Según sus datos, los cultivos de secano de la mitad sur peninsular «ya están perdidos, sin prácticamente cosecha», mientras que los de regadío hay cuencas como la del Guadalquivir, por ejemplo, con una dotación de 700 m3/hectárea que «solo da para regar poco más de una de cada diez hectáreas y lleva al sector a una ruina completa», apuntan sus previsiones. Los regantes vaticinan que los daños económicos por las restricciones se elevarán en Andalucía a más de 3.000 millones en la campaña de riego.
El Gobierno pide tiempo
Sobre el prometido paquete de medidas para paliar los efectos que este año está teniendo la sequía el Gobierno pide tiempo. La discusión sobre qué ayudas se aprueban y cuándo se encuentra entre tres ministerios (Transición Ecológica, Agricultura y Hacienda), por lo que no se prevé que se resuelva de forma inmediata.
«Las medidas específicas están en proceso, pero llevan su procedimiento», comentan desde el equipo que dirige Luis Planas. De momento, Agricultura ha enviado una carta a Bruselas para pedirle la activación de reserva de crisis de la PAC ante la situación de sequía, para que los agricultores españoles «no vean en riesgo su acceso a las ayudas». «La circunstancia es excepcional, muy superior a la que nos encontramos la semana pasada», adelantaba Planas. De momento, no hay luz verde. «Esperamos tener pronto una respuesta por parte de la Comisión Europea. Estoy seguro de que otros países como Portugal se van a unir a esta iniciativa», aseguró ayer el ministro.