El Gobierno vasco impone el euskera y complica la elección de modelo educativo
▶ El PSOE se desmarca de la reforma educativa que ha puesto sobre la mesa el Ejecutivo de Urkullu
En las casi 1.300 páginas del proyecto de ley que se ha remitido al Parlamento vasco no aparece ninguna mención al actual sistema de modelos educativos que rige en el País Vasco. El texto se limita a explicar que se promoverá una educación vasca «plurilingüe, articulada en torno al euskera» y que estará estructurada en «dos lenguas oficiales y, al menos, una lengua extranjera». Sin embargo, no aclara cuál será la política lingüística necesaria para garantizar dicho conocimiento.
Preguntado por esta cuestión, el consejero de Educación vasco, Jokin Bildarratz, se limitó a explicar que cada centro tendrá «autonomía» para aplicar su propio plan lingüístico, y que éste se elaborará teniendo en cuenta el «ecosistema sociolingüístico» de cada lugar. «No es lo mismo un barrio de Bilbao que un pueblo guipuzcoano», señaló.
Tres modelos
Hasta ahora, las familias vascas podían elegir si matricular a sus hijos en tres modelos educativos: el A (solo en castellano), el B (con asignaturas tanto en castellano como en euskera) y el D (solo en euskera). Sin embargo, cuando la nueva legislación entre en vigor, será cada centro quien decida en qué lengua se imparte cada materia. La única limitación que impone el texto es que el proyecto deberá garantizar que todos los alumnos alcancen un nivel B2 tanto de euskera como de castellano, y un B1 de una lengua extranjera, al terminar la enseñanza secundaria.
En la práctica, sin embargo, parece complicado conjugar un modelo lingüístico solo en castellano con un nivel intermedio alto de euskera. Bildarratz no fue sido capaz de dar respuesta a esta cuestión, a pesar de la insistencia de los periodistas. Se limitó a defender que «las familias seguirán teniendo derecho a elegir modelo». «Hasta ahora la normativa establecía que los alumnos debían tener un conocimiento suficiente de ambas lenguas», recordó para defender que la nueva ley lo único que hace es «definir» en qué consiste ese conocimiento suficiente y exigir un «perfil de salida».
A pesar de que la consejería ha mantenido centenares de reuniones y ha tomado como base el Pacto Educativo que se firmó en el Parlamento vasco con el apoyo de todos los grupos a excepción de la coalición PP más Ciudadanos y de Vox, las críticas al proyecto no se han hecho esperar.
La más llamativa llegaba apenas media hora después de terminar la rueda de prensa y vino de sus propios compañeros de Gobierno. A pesar de que el consejero vasco defendió que la reforma educativa era «un proyecto del Gobierno vasco», y que como tal contaba con el apoyo de todos los consejeros, los socialistas advirtieron en un duro comunicado de que «no comparten» algunas de las cuestiones lingüísticas que contiene la norma.
«El PSE no comparte que puedan relegarse los modelos lingüísticos actuales, amparados legalmente por un consenso político muy amplio, sin precisar
Cuando la nueva legislación entre en vigor, será cada centro quien decida en qué lengua se imparte cada materia
cómo se va a materializar el modelo plurilingüe que pactamos en el acuerdo de bases», advierten en el texto. Critican el anteproyecto porque «cambia el sistema de modelos vigente por un modelo único», sin establecer más criterios que los que se deriven «del proyecto lingüístico del centro». Por todo ello, añaden los socialistas, los elementos referidos a los modelos lingüísticos deberán ser «revisados y corregidos» en la tramitación parlamentaria para que cuenten con su apoyo. Aclaran también en el escrito que si sus tres consejeros