La resurrección de Herrera el Mozo
▶El Prado dedica la primera monográfica al ‘español de los peces’, a quien se atribuyen 19 nuevas obras
Es un empeño del Prado poner en valor a grandes artistas olvidados con obras presentes en sus colecciones. Ya lo hizo el año pasado con Luis Paret y vuelve a hacerlo con la primera monográfica dedicada a Herrera el Mozo en toda la historia. En 1986 formó parte de una exposición junto con Francisco Rizi y Juan Carreño de Miranda en el Palacio de Villahermosa. Ya en solitario, esta muestra reúne, hasta el 30 de julio, 70 obras del pintor sevillano: 19 son nuevas atribuciones y casi el 90% han sido restauradas. Algunas estaban en un estado lamentable, como ‘Cristo camino del Calvario’, del Museo Cerralbo, que se quemó en 1872 en un incendio en la iglesia del antiguo Colegio de Santo Tomás; o ‘El sueño de San José’, de la iglesia de Aldeavieja de Ávila.
Patrocinada por la Fundación Amigos del Prado, es fruto de la investigación llevada a cabo desde hace muchos años por Benito Navarrete (hace tres décadas hizo su tesis sobre la pintura andaluza del XVII), discípulo de
Alfonso Pérez Sánchez y comisario de la muestra. Se rinde homenaje no solo a Pérez Sánchez, exdirector del Prado, sino también a Plácido Arango, quien fuera presidente del Patronato del museo, al que donó ‘El sueño de San José’, de Herrera el Mozo. Era uno de los artistas favoritos de ambos.
Artista integral
Pero sorprende que un pintor del Siglo de Oro con tanta fama en vida sea hoy un desconocido para el gran público.
Según el comisario, la catedral de Sevilla no ha querido restaurar una monumental obra, ‘El éxtasis de San Francisco’, que no ha viajado a Madrid
El título de la exposición, ‘Barroco total’, se refiere a que Francisco de Herrera el Mozo (Sevilla, 1627Madrid, 1685) fue un artista integral. Además de pintor (fue un destacado fresquista, aunque no se conserva ninguna de sus pinturas murales), era dibujante, grabador, arquitecto, ingeniero, escenógrafo... Un artista de una gran personalidad, poliédrico, que llegó a ser pintor de la Reina Mariana de Austria. Amigo de Calderón de la Barca, tuvo entre sus patronos al marqués del Carpio. Antonio Palomino lo describía como una persona «controvertida, bizarra, galante, de ingenio vivaz y consciente de su valía». Tan grande fue su prestigio que le denominaban ‘el Apeles de España’.
Entre sus obras maestras, el ‘Triunfo de san Hermenegildo’, del Prado. Tan orgulloso estaba de este cuadro que decía que «se había de poner con clarines y timbales». Igualmente relevante, el ‘Triunfo del sacramento de la Eucaristía’, de la catedral de Sevilla. Se exhibe la casi totalidad de su producción. Excepto una monumental 6obra, ‘El éxtasis de San Francisco’, de la catedral hispalense. «No han querido que se restaure», afirma tajante Navarrete. Explica que, dadas sus dimensiones, el Prado descartó