ABC (Sevilla)

El nuevo Japón busca el foco en un G-7 unido frente a Rusia y China

▸La cumbre discurre en Hiroshima en un tiempo de transforma­ción: Tokio aumentará sus gastos militares un 60% ▸El selecto grupo tratará de imponer más sanciones a Putin y hacer frente al autoritari­smo de Xi Jinping

- PABLO M. DÍEZ

La ciudad de la paz volverá a serlo de la guerra. Víctima del horror de la primera bomba atómica, lanzada por Estados Unidos al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-45), Hiroshima acoge este fin de semana una trascenden­tal cumbre del G-7 que congrega a las democracia­s más avanzadas, Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá, más la Unión Europea.

Con Japón presidiend­o por rotación este grupo, la elección de Hiroshima no podía ser más simbólica, pero también irónica. Como su lugar de nacimiento y circunscri­pción electoral, el primer ministro nipón, Fumio Kishida, persigue potenciar así el espíritu pacifista y contra las armas nucleares que encarna esta ciudad por su trágico pasado.

Preocupaci­ón por Taiwán

Pero, en un mundo cada vez más dividido ideológica­mente, la mayoría de los mensajes que salgan de la cumbre serán para Rusia por la guerra de Ucrania y para China por su creciente rivalidad con Occidente y sus amenazas sobre la reclamada isla de Taiwán, que preocupan especialme­nte en Asia.

Junto a la invasión rusa de Ucrania, el otro asunto regional sobre la mesa será «reafirmar y fortalecer la cooperació­n sobre un Indopacífi­co libre y abierto», lo que supone una advertenci­a al régimen de Pekín por su reclamació­n casi total del mar del Sur de China y sus disputas con sus vecinos, incluido Japón.

En clara referencia a Rusia y China, el principal objetivo de la cumbre consiste en «demostrar la fuerte determinac­ión del G-7 de mantener el orden internacio­nal basado en el imperio de la ley, rechazando firmemente cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza o por la amenaza de usar armas nucleares». Para ello, la reunión aboga por «continuar promoviend­o sanciones contra Rusia y apoyos para Ucrania», con el fin de aislar aún más a Putin para que su economía no pueda seguir sufragando la invasión.

Cerrar redes de evasión

«Habrá discusione­s sobre el estado de las sanciones y los pasos que el G7 dará colectivam­ente para implementa­rlas, asegurándo­nos de que cerramos las redes de evasión y los vacíos legales para que el impacto se vea ampliado y magnificad­o en los meses venideros», anunció este jueves el consejero nacional de Seguridad de EE.UU., Jake Sullivan.

Liderando el castigo a Moscú, Washington presentará un nuevo paquete de sanciones para incluir en el comunicado final de la cumbre o en una declaració­n conjunta diferente.

Para que dichas acciones no sean solo la voz de un puñado de potencias occidental­es, el G-7 también aspira a llegar al «Sur Global», como se denomina a los países emergentes y en vías de desarrollo de Asia, Latinoamér­ica y África. Por ese motivo, a la cumbre han sido invitados el primer ministro de la India, Narendra Modi, quien acude al frente del G-20, y el presidente de Indonesia, Joko Widodo, en representa­ción de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

De igual modo, asisten los dirigentes de Comoras y las islas Cook en nombre de la Unión Africana y el Foro de las Islas del Pacífico, respectiva­mente. Completan la lista de invitados Australia, Brasil, Corea del Sur y Vietnam, así como los principale­s organismos internacio­nales: ONU, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMS) y Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico (OCDE).

En definitiva, se trata de un cónclave del mundo democrátic­o y liberal en abierta oposición al autoritari­smo que representa­n los regímenes de Moscú y Pekín, que han conseguido extender su influencia a los países en desarrollo por su músculo económico y militar.

India y el petróleo ruso

En su pulso por ganarse a estas potencias emergentes del «Sur Global», está por ver la postura que tomen la India, que le compra armas y petróleo a Rusia pese a las sanciones, y Brasil, que se alinea con China en el conflicto de Ucrania.

El consenso será difícil incluso en el seno del propio G-7, donde el presidente francés, Emmanuel Macron, abogó durante su viaje del mes pasado a Pekín por desligarse de EE.UU. en su

India y Brasil han sido invitados a la cumbre con el objetivo de compromete­rlos en la lucha contra las autocracia­s

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