Los ‘jefes’ de la energía visitan San Telmo
TRATOS Y CONTRATOS
Juanma Moreno recibe a los representantes de Mubadala y Carlyle, dueños de Cepsa
EN el fragor de la campaña electoral ha pasado desapercibida una noticia poco habitual. Suele ser una práctica común que los líderes de grandes compañías con intereses en Andalucía visiten en algún momento el Palacio de San Telmo y se retraten con su inquilino. Manuel Chaves, José Antonio Griñán, Susana Díaz y ahora Juanma Moreno atesoran ‘ books’ repletos de risueñas fotografías con los ‘mandamases’ del Ibex, que son el fruto de unos encuentros donde los empresarios relatan ufanos sus futuros proyectos en la región y los políticos sacan pecho de su supuesta capacidad para atraer riqueza.
El pasado jueves ocurrió algo distinto: no vino un presidente ni un director general, sino todos los miembros sin excepción del consejo de administración y del comité de dirección de una compañía que factura más de 24.000 millones de euros. Personalidades de enorme influencia en el mundo de la inversión acudieron en pleno a la sede del Gobierno andaluz, donde fueron recibidos en el salón de los espejos por el presidente de la Junta y el consejero de Industria ( Jorge Paradela). La empresa en cuestión es Cepsa, que está desarrollando un plan de inversiones de 5.000 millones de euros para reconvertir sus refinerías de Palos de la Frontera y San Roque en los mayores centros de producción de biocombustibles e hidrógeno verde en Europa.
Uno de los dueños de Cepsa es el fondo de inversión Mubadala –perteneciente al emirato de Abu Dabi– que maneja una cartera de inversiones superior a los 225.000 millones de euros (cinco veces el presupuesto de la Junta); el otro propietario es el fondo Carlyle, con una cartera de más de 300.000 millones (casi el doble del PIB andaluz). Los ‘jefes’ que deciden los movimientos en el sector energético de estos dos colosos estaban en San Telmo, junto a otras figuras como Ángel Corcóstegui (el exconsejero delegado de Santander). Personalidades cuyas trayectorias, en definitiva, trascienden a la propia Cepsa, ya que deciden sobre el destino de otras empresas y proyectos en todo el mundo.
Un encuentro así es la culminación de un trabajo intenso y acertado para trazar buenas relaciones entre las empresas y la administración. En la cúpula de la Junta la consigna está muy clara, pero queda todavía camino por recorrer en el aparato burocrático, especialmente en las delegaciones provinciales –y concretamente en el área de Medio Ambiente– que es donde las buenas palabras naufragan en largos y complejos trámites. La propia Cepsa ha visto cómo se frustraron inversiones millonarias en el pasado por vicisitudes administrativas. Sea como fuere, que vengan más consejos de administración al Palacio de San Telmo será una gran noticia.