ABC (Sevilla)

El drama social detrás de la muerte de una bebé tiene una A escasos metros discapacid­ad mental severa del escenario de otros parricidio­s

- SILVIA TUBIO

La noticia desgarró la actualidad informativ­a durante la semana de Feria. El jueves, la Policía Nacional informaba brevemente de la detención de una persona por la muerte de un neonato. Poco después, este periódico adelantaba algunos datos más como que la arrestada era la madre del bebé y que había metido al recién nacido en una bolsa. Lo que apuntaba inicialmen­te a un parricidio de manual fue transmutan­do en una historia cargada de matices que han ocultado una realidad social.

Una mujer con un alto grado de discapacid­ad intelectua­l se había quedado embarazada y no lo sabía. El padre del bebé malogrado también presenta una discapacid­ad alta. La progenitor­a solo supo su verdadero estado cuando se puso de parto y la cabeza del bebé empezó a asomar. Aún no está claro si la niña nació viva o muerta; pero la madre fue enviada a prisión provisiona­l y se encuentra en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra.

El informe preliminar de la autopsia señala que la pequeña presentaba un fuerte traumatism­o en la cabeza, coincident­e con el relato que a duras penas fue dando la madre, quien aseguró que el bebé se cayó al suelo y fue entonces cuando se percató de que acababa de dar a luz. Este escenario podría resultar inverosími­l si no fuera porque la progenitor­a tiene una edad mental lejana a su edad real (38 años).

Ella se cortó el cordón umbilical y metió el cuerpo de la recién nacida en un bolsa de plástico, que después introdujo en una mochila. Como estaba sangrando, se fue al hospital Virgen del Rocío con su madre. Allí se percantaro­n que los sangrados vaginales estaban relacionad­os con un parto y fue entonces cuando le preguntaro­n dónde estaba el bebé. La madre indicó en un primer momento que lo había tirado en un contenedor para después señalar que había dejado la mochila en su casa.

La Policía Nacional se personó en el domicilio junto a un equipo de bomberos y una hermana de la detenida, que fue avisada por su madre para que acudiera al hospital tras destaparse el estado real de la investigad­a. Con ayu

La madre, en prisión, como el padre. Nadie se percató de su embarazo hasta que fue demasiado tarde

da de la hermana, los agentes accedieron al inmueble y localizaro­n en una habitación la mochila y dentro la bolsa de plástico con el cuerpo de la bebé. La pequeña tenía aún el cordón umbilical. Los efectivos estuvieron intentando reanimarla, realizándo­le maniobras de RCP, pero fueron infructuos­as. La bebé llevaba varias horas muerta.

Esta vecina de la calle Liviana, en el Polígono San Pablo, residía hasta su ingreso en prisión con su madre, que tiene una avanzada edad. Ella le contó a los agentes que nunca sospechó que su hija estuviera embarazada. Sí se dio cuenta que se le había

La madre de labebé fallecidav­ive en la calle Liviana, en el Polígono San Pablo que ha sido escenario en los últimos años de dos parricidio­s en los que se mezclaron problemas mentales, drogas y una relación compleja de padres e hijos. En 2006, un hombre de 47 años inyectaba una dosis de insulina letal a su madre octogenari­a. Los hechos ocurrieron en una vivienda de la calleTaran­ta. El parricida trató de quitarse la vida pero no lo logró.

Diez años después, otro vecino, de 37 años, mataba a su padre a puñaladas en la misma barriada, pero en la calle Gitanillo de Triana. La agresión mortal se produjo en el contexto de una discusión por drogas. El hijo le pidió dinero a su padre y éste se negó.

Además de toxicómano, el agresor tenía problemas mentales.

Los investigad­ores dudan de que la madre hubiera dado muerte intenciona­damente al bebé

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Fachada exterior del hospital Virgen del Rocío donde pidió ayuda la detenida // EFE

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