Sevilla fue otra fiesta futbolística
▸La ciudad se tiño de rojo y verde con toda la pasión en un nuevo derbi en el que las aficiones dieron un notable ejemplo de comportamiento
Sevilla volvió a ser una auténtica fiesta futbolística. El Sevilla Fútbol Club y el Real Betis Balompié disputaron ayer en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán el segundo derbi de máxima rivalidad de la temporada 22-23 y, más allá del resultado, un empate sin goles que no daña a ninguno de los dos en lo deportivo, la ciudad vibró durante todo el día con el partido correspondiente a la 35ª jornada de LaLiga Santander, como mandan los cánones en este tipo de citas. Fue una jornada en la que no se registraron incidentes reseñables y en Nervión y Heliópolis fueron un hervidero durante todo el día viviendo una sana previa en las calles de ambos barrios, como así también en el resto de la capital hispalense. Fue un día también marcado por la lluvia, al menos a primera hora de la tarde, pero ello no impidió la animosidad en sevillistas y béticos para llevar en volandas a sus respectivos equipos a intentar ganar el encuentro en el terreno de juego.
El día comenzó pronto. El paso de las horas fue haciendo que el ambiente subiera de temperatura. El sevillismo se concentró en su barrio y la calle Antonio Puerta, debajo de la ventana de la familia del malogrado futbolista canterano, el epicentro. Allí, hasta que se fue acercando la hora de recibir al equipo por la calle Eduardo Dato, se vivió una festividad total, aún con el regusto del pase a la final de la Liga Europa por séptima vez en la historia de su equipo tan sólo tres días antes de la disputa del choque ante el eterno rival. En Heliópolis, los aficionados verdiblancos se concentraban en el Parque Guadaira, muy próximo al estadio Benito Villamarín y al hotel de concentración del equipo. En dicho enclave, los seguidores béticos se juntaban para vivir también una previa bastante sana, tiñendo de verdiblanco las calles de su barrio, con el ánimo y la ilusión de alentar a su equipo para volver a ganar en el estadio sevillista. A la vez, poco a poco el grupo de 600 que había logrado entrada para acudir al Sánchez-Pizjuán iban recogiendo su localidad en las taquillas de Gol Norte del coliseo de la