Ser consecuentes
Recientemente Margarita Robles nos ha alertado sobre el riesgo de que España entre en guerra con Rusia afirmando: «la amenaza de guerra es absoluta y la sociedad no es del todo consciente»; incluso aporta un dato a considerar: «un misil balístico puede llegar desde Rusia a España». Tales avisos, viniendo de la titular de Defensa, deberían reflejarse en la consecuente actuación del Gobierno, al que supongo consciente del riesgo. Sin embargo, no parece que el Ejecutivo vaya a implantar medida alguna de carácter militar o civil para afrontar la amenaza. Al contrario, España sigue sin entregar ayuda militar efectiva a Ucrania, y al renunciar a la aprobación de los Presupuestos, seguirá siendo el tercer país de la OTAN que menos destina a Defensa. Y es que hoy su prioridad no es otra que imponer, por mera conveniencia, una amnistía que va a desarmar al Estado ante el secesionismo. Esto sí que es un verdadero misil contra España justo cuando, según afirma, la amenaza de guerra es seria; y además la amnistía cancela la investigación sobre los vínculos del Kremlin con los amnistiados. Entonces, señora ministra, si los hechos la contradicen tanto ¿por qué esas declaraciones? ¿Acaso es otro bote de humo para ocultar la maniobra del Gobierno del que forma parte, que negocia ya en Suiza la ruptura de la nación a cambio del poder? Porque eso sí que es una amenaza real. Yo creo que si Rusia también atacara a España –el secesionismo ya lo hace–, y dependiera de Putin la continuidad de este Gobierno, sin duda lo amnistiarían con el falaz argumento de «favorecer la convivencia», igual que al prófugo que han resucitado.
PAMPLONA