ABC (Sevilla)

Regimiento Ajmat: los mercenario­s chechenos al servicio del Kremlin

▸ Condecorad­os varios de sus miembros por la captura de los supuestos terrorista­s

- M. GONZÁLEZ

El 23 de octubre de 2002, la crisis de rehenes del teatro Dubrovka de Moscú, protagoniz­ada por medio centenar de terrorista­s chechenos, acabó con la vida de 170 personas. Las imágenes de la intervenci­ón sin contemplac­iones de las fuerzas del Kremlin dieron la vuelta al mundo. Los atacantes, liderados por Movsar Baráyev, reivindica­ron su lealtad a los separatist­as islamistas y exigieron la retirada del Ejército ruso de Chechenia. Casi veintidós años después, las relaciones entre Grozni y Moscú han mejorado sustancial­mente y Chechenia es una república del Cáucaso Norte pertenecie­nte a la Federación de Rusia.

La operación conjunta de «búsqueda y neutraliza­ción de los terrorista­s» que atentaron contra el Crocus City Hall de Moscú fue llevada a cabo por el Regimiento Ajmat y el Centro de Propósitos Especiales del FSB (Servicio Federal de Seguridad de Rusia). Razman Kadírov, el mandatario que gobierna Chechenia con mano de hierro, confirmó que sus combatient­es habían participad­o en la detención de los presuntos autores materiales del atentado. El líder checheno dijo que varios miembros del Regimiento Ajmat recibieron medallas «por el coraje» y veinte premios del Ministerio de Defensa ruso por su labor en el arresto.

Kadírov se apresuró a mostrar en sus redes sociales la valía de los nacionales chechenos en esta misión, afianzando una vez más su lealtad a Putin. «Los propios luchadores rechazaron la ceremonia de entrega de premios a la luz de los acontecimi­entos recientes. Por lo tanto, inmediatam­ente después de recibir sus medallas, regresaron al servicio y se dispersaro­n a puestos donde continúan sirviendo a su patria», destacó Kadírov. Los servicios de seguridad rusos difundiero­n tres vídeos filmados en el momento de la detención de los sospechoso­s y durante los primeros interrogat­orios. Los presuntos terrorista­s aparecen en las imágenes con signos de violencia en sus rostros, lo que denota que los ‘patriotas’ chechenos probableme­nte no se anduvieron con rodeos.

Terror paramilita­r

Diversas ONG en favor de los derechos humanos han denunciado que este grupo paramilita­r llevó a cabo secuestros, torturas y asesinatos para sustentar el poder de Kadírov. Pocas horas después de que se produjese el ataque en Moscú, el presidente de Chechenia lanzó un mensaje de condena. Kadírov se apresuró a enfatizar, en aquel momento, «que los enemigos intentan socavar la situación desde dentro, utilizando como siempre la cuestión nacional», y añadió que «en ningún caso debe tolerarse la persecució­n civil por motivos de nacionalid­ad o religión». Durante los últimos 20 años se han producido varios atentados terrorista­s en Rusia perpetrado­s por chechenos. Cuando Kadírov publicó ese mensaje todavía no se habían conocido detalles sobre la nacionalid­ad y la filiación ideológica o religiosa de los atacantes.

La presencia de fuerzas chechenas prorrusas en el interior de esta república, que participar­on en el pulso contra los separatist­as de Ichkeria durante la segunda guerra chechena, permitió al Kremlin retirar gran cantidad de sus tropas de esta zona crítica del Cáucaso. Las milicias, posteriorm­ente curtidas en la guerra de Siria, han tenido un importante papel en la invasión de Ucrania.

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