Francia y Alemania trabajan en el nuevo carro de combate europeo
▸ El Ejército español ha expresado su deseo de participar en el recién desbloqueado proyecto
El viejo proyecto de tanque europeo MGCS, destinado a sustituir a los Leopard alemanes y los Leclerc franceses, parece estar cobrando nuevo impulso. Los dos modelos en activo tienen un peso de 55 a 58 toneladas y un cañón de 120 milímetros, pero se duda de su capacidad frente al nuevo tanque ruso T14 Armata con cañón de 125.
Después de años bloqueado y en coincidencia con la voluntad de París y Berlín de mejorar sus relaciones, los dos gobiernos han acrodado retomar el proyecto MGCS y firmar un acuerdo de principio que, sin embargo, retrasa las que serían las primeras entregas hasta 2040 o 2045.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, confirmó que la producción se dividirá al 50% entre las industrias de ambas naciones, aunque Alemania liderará el proyecto al igual que Francia lidera el futuro sistema de combate aéreo FCAS. Tanto en lo que respecta al MGCS como al FCAS, Pistorius se ha mostrado convencido de que, a pesar de los avances en el campo de batalla que se están viendo ya en el frente ucraniano con el uso de drones, cuya fabricación en serie resulta asequible en términos económicos, estos dos proyectos siguen siendo los adecuados, «porque se anticipan y deben anticiparse a los retos del futuro», que incluyen la guerra electrónica y el uso y defensa antidrones.
Despliegue tecnológico
El jefe del Estado Mayor del Ejército francés, el general Pierre Schill, y el inspector general de la Bundeswehr, el general Alfons Mais, firmaron las bases programáticas del Documento de Requisitos Operativos Comunes de Alto Nivel Hlcord. Se sabe que incorporará inteligencia artificial, avanzados equipos de guerra electrónica, comunicaciones seguras vía satélite y una coraza que le aporte alta protección frente a impactos de proyectiles de alto poder de penetración, además de armas láser y electromagnéticas.
El funcionamiento del MGCS también se basará en una conectividad reforzada que permitirá compartir información táctica en tiempo real
gracias a una nube de combate integrada. De este modo, los diferentes módulos o vehículos podrán procesar, almacenar y distribuir datos tácticos y coordinar sus acciones de forma semiautomática para combinar efectos sobre el enemigo, gracias a la colaboración reforzada del sistema Scorpion.
Frente a las nuevas amenazas a las que hay que hacer frente (drones armados, armas autónomas, ciberataques, etc.), el objetivo del sistema multiplataforma es crear un entorno de combate en el que los combatientes comprendan, decidan y actúen más rápidamente que el adversario. Los contratistas principales –y, además, a partes iguales– serán la alemana Krauss-Maffei Wegmann (KMW) y la estatal francesa Nexter Defense Systems, concentradas ambas en la sociedad KNDS.
Alemania y Francia están dispuestas abrir el proyecto a otros países una vez que se hayan definido los Requisitos de Estado Mayor. El Ejército español ha expresado por escrito su deseo de participar al Ministe
rio de Defensa y al director general de Armamento y Material, por lo que podría terminar incluido. También lo ha hecho Italia, que quiere así sustituir su carro de combate C1 Ariete.
Apoyo gubernamental
El proyecto MGCS cuenta con el visto bueno de los socios de la ‘coalición semáforo’ de Berlín, que incluye a socialdemócratas, liberales y a los ecopacifistas de Los Verdes. El líder de estos últimos, el ministro de Economía, Robert Habeck, ha avalado el programa de rearme acelerado. «Europa debe rearmarse de nuevo, si nos dormimos en los laureles, corremos un enorme riesgo», dijo. «No estamos preparados para el hecho de que la guerra terrestre vuelva repentinamente. Y eso es exactamente lo que tenemos que hacer».
La reactivación del proyecto fue muy bien recibida por parte del Ejército alemán, pero, sin embargo, no es considerado suficiente.
El jefe del Estado Mayor, Carsten Breuer, dijo que es necesario añadir un sistema eficaz de defensa antimisiles ante un posible ataque ruso –sobre todo ahora, que la posibilidad de escalada es palpable– y advirtió que Alemania dispone para ello de un máximo de ocho años. «No hay alternativa», comentó, para un sistema que, en su opinión, debería estar operativo en un máximo de cinco a ocho años. «Vemos a Rusia capaz de librar una guerra contra países de la Alianza Atlántica en ese plazo», explicó sobre esa ventana temporal. Para entonces, dijo, «deberíamos estar en condiciones de rechazar un ataque de este tipo».
Los primeros pasos del proyecto coinciden con un momento en el que Berlín y París intentan mejorar la relación bilateral
El desarrollo tecnológico de nuevo armamento es una prioridad debido a la amenaza que supone la guerra de Ucrania