Operado un bebé de cinco meses de un extraño tumor cardiaco
El Hospital La Fe de Valencia ha realizado con éxito, por primera vez en España, una intervención quirúrgica para extirpar un tumor cardiaco a un bebé diagnosticado en periodo fetal, es decir, antes de nacer, y que ponía en riesgo la vida tanto de la pequeña como de la madre. Es la primera vez que se realiza una intervención de este tipo en España en un bebé tan inmaduro.
Se trataba de un tumor cardiaco poco frecuente conocido como teratoma pericárdico, diagnosticado en la semana 24 de gestación (cinco meses y medio), y que se comportó «de manera agresiva» al comprimir el corazón y estructuras vecinas y, por tanto, amenazar la vida del bebé y también de la madre, según informó la Generalitat valenciana en un comunicado.
Dada la «complejidad» de la situación, se realizó un seguimiento «exhaustivo» de la gestación por la comisión de malformaciones fetales del hospital, integrada por un grupo multidisciplinar de especialistas en obstetricia, neonatología, genética, cirugía, cardiología, neurología y radiología pediátricas.
Este comité decidió un manejo intrauterino con técnicas para aliviar la compresión del tumor con el fin de evitar el nacimiento prematuro. En la semana 28 de la gestación, y dada la gravedad «extrema», se decidió extraer a la pequeña mediante cesárea, con solo 900 gramos de peso. Según Raquel Escrig, jefa de sección de Neonatología, «la complejidad del procedimiento venía dada por el hecho de que, por las características del tumor, la paciente podría fallecer inmediatamente tras cortar el cordón umbilical que la mantenía unida a la madre por lo que había que mantenerla unida a la placenta mientras se estabilizaba a la paciente y se iniciaba el acto quirúrgico».
Se puso en práctica la técnica conocida como EXIT (Ex Útero Intrapartum Treatment). Se articuló un operativo con más de una treintena de profesionales, consistente en dos equipos completos. Es la primera vez que en La Fe se realiza este tipo de dispositivo. Tras la cesárea, la niña se mantuvo con vida gracias a la asistencia placentaria de su madre, permitiendo su intubación previa al pinzamiento del cordón y su intervención para la extirpación del tumor que comprometía su vida. La pequeña paciente requirió una nueva intervención dos meses después.