Nada está decidido
Las carreras con más salidas laborales cambian cada año. Hoy son algunas ingenierías mañana pueden ser las Bellas Artes. Todo está por decidir
Ati joven estudiante que estos días te dejas las pestañas en los libros preparando los últimos exámenes del Bachillerato, que llevas meses decidiendo entre un grado y otro y que no quieres equivocarte porque piensas que ahora se decide tu futuro. Sé un poco indulgente contigo mismo. Tu decisión será tan acertada si la mueve la vocación, las salidas laborales o la nota de Selectividad. Nada estará decidido tras la primera matrícula, ni siquiera cuando termines el grado, cuando te plantees si realmente te gusta lo que has estudiado o el primer empleo que te llegue.
Hoy Mercedes Benítez publica en las páginas de ABC el ranking de las diez carreras con mejores tasas de inserción laboral de la Universidad de Sevilla y el listado poco tiene que ver con el de hace cinco años. Las necesidades de las empresas evolucionan como nuestros gustos o nuestras experiencias. También cambian las vocaciones. Lo que hoy es una pasión puede que mañana te arrastre a la ansiedad.
Tal vez la Ingeniería siga ocupando los primeros puestos, pero va variando la especialidad. Si antes eran las Telecomunicaciones ahora lo que se demandan son expertos en Robótica y en Gestión de Datos. Igual un día ni siquiera hagan falta ingenieros y de todo se encargue la inteligencia artificial. Tal vez entonces sean los titulados en Bellas Artes, en Filosofía o en Psicología los que demande el mercado laboral porque ellos sean insustituibles. Por eso un criterio a la hora de elegir es tan válido como otro.
Si te dejas llevar por la vocación y resulta que lo que te tira no tiene ahora cabida en el mercado de trabajo, no sufras. Tal vez las cosas cambien o tú puedas cambiarlas. Hay filólogos asesorando a grandes grupos audiovisuales, pedagogos elaborando planes de formación para trabajadores de multinacionales, físicos presentando programas de televisión e ingenieros en yacimientos arqueológicos. La lista es interminable.
Lo que no cambia es lo difícil que resulta apasionarte con algo que no te gusta. Y si no tienes pasión con 18 años por lo que haces no creo que la vayas a encontrar más adelante si sigues por el mismo camino. La ilusión es realmente lo que nos mueve. Por trabajar en lo que nos gusta, por ganar un buen sueldo o por crear tu propia empresa. Las posibilidades son muchas.
A ti joven estudiante que estos días te encomiendas a tus devociones, a pesar de que la lluvia te haya arruinado la estación de penitencia, no desesperes y confía en el futuro. Lo que decidas, si es meditado, estará bien. El futuro te espera.