La lluvia caída deja agua para quince días en los pantanos
▸ Las reservas en los embalses sevillanos han aumentado cuatro hectómetros en dos días
La lluvia que deja sin salir hasta diez cofradías en los dos primeros días de la Semana Santa permite, sin embargo, que el agua entre a raudales en los pantanos que abastecen a Sevilla: más de cuatro hectómetros cúbicos entre el Domingo de Ramos y el Lunes, el equivalente a lo que la ciudad y su área de influencia consume en una quincena.
Se han quedado sin culminar su estación de penitencia hasta diez cofradías entre el domingo y el lunes, pero a cambio tenemos más agua en los pantanos. No es habitual que estas lluvias primaverales incrementen las reservas porque la evaporación y la dispersión de las precipitaciones impide que se formen escorrentías que llenan los pantanos. Pero hasta eso ha cambiado este invierno sobrevenido.
El domingo, los cinco embalses que integran el sistema de abastecimiento de Sevilla y su área de influencia (1,1 millones de usuarios) almacenaban por encima de los 305 hectómetros cúbicos, algo por encima del 47% de su capacidad. Esta mañana de Martes Santo, los pantanos de Gergal, Minilla, Aracena, Zufre y Melonares más el de Cala atesoran 309,84 hectómetros cúbicos, lo que supone un 48,3% de su capacidad de embalse. Y subiendo.
Seguirá creciendo
Lo más probable es que esa cifra se incremente en los próximos días con el pronóstico de sucesión de frentes borrascosos que irán entrando por el su
roeste peninsular. No es descabellado pensar que el volumen de agua embalsada seguirá creciendo alejando el fantasma de la sequía, al menos en lo concerniente al agua de boca, la que se usa
para el suministro urbano a la población sevillana.
En los tres meses que llevamos de este año 2024, el abastecimiento de agua doméstica se ha dado la vuelta.
En enero, después de la Epifanía y antes del primer temporal del invierno, la situación no era desesperada pero sí crítica: Sevilla almacenaba 205 hectómetros cúbicos, lo que está por debajo de la garantía de dos años en el suministro que se da por ideal. Con las lluvias de este inicio de Semana Santa, esa seguridad se ha ampliado notablemente: los 309 hectómetros dan para más de dos años sin que cayera una gota del cielo.
Así que el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, llevaba razón cuando exhortaba a los cofrades disgustados por no haber hecho estación de penitencia a quedarse con el consuelo del agua que cae del cielo y llena los pantanos. También el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, expresaba su deseo de que «si llueve, que llueva de verdad y que no caigan cuatro gotas que puedan suspender las procesiones y no arreglen nada». En lo tocante al suministro de agua a Sevilla, parece que sí han arreglado algo las cosas.