ABC (Sevilla)

El yihadismo asesinó a 9.572 personas en el mundo en 2023

▸Supone un 15% más respecto a 2022, según el Observator­io Internacio­nal de Estudios sobre Terrorismo ▸Daesh del Jorasán, responsabl­e del atentado en Moscú, es la mayor amenaza para la seguridad mundial

- SUSANA GAVIÑA MADRID

El atentado del pasado viernes en un centro comercial en Moscú ha vuelto a reavivar el fantasma de las matanzas perpetrada­s por el yihadismo en la última década. Después de unos años en los que Europa durmió con un ojo abierto ante los constantes ataques terrorista­s, en los que reforzó sus políticas de seguridad, parecía que éstas habían diezmado el poder letal de grupos como Daesh (Estado Islámico) o Al Qaida.

Sin embargo, la amenaza a nivel mundial sigue viva. Así lo confirma un informe realizado por el Observator­io Internacio­nal de Estudios sobre Terrorismo (OIET), en el que ha participad­o España, que señala que en 2023 si bien se produjo un incremento leve de atentados respecto al año anterior (2.304 frente a 2.270), lo que sí aumentó de manera más significa fue la cifra de víctimas, 9.572 frente a 8.305, lo que supone un 15% más que en 2022.

La diferencia remarcable respecto a años anteriores son los actores responsabl­es de estas matanzas. Las grupos terrorista­s globales (Estado Islámico y Al Qaida), ahora menos operativos, han dejado paso a sus filiales, algunas de ellas más radicales y con mayor capacidad para organizar atentados. Según el informe del OIET, buena parte de las víctimas murieron en atentados perpetrado­s por la filial Daesh del Jorasán (IS-K, por sus siglas en inglés) y por diferentes grupos regionales de África Occidental.

Es en esta zona del planeta donde los yihadistas se han reagrupado e integrado en las ramas locales de Daesh y Al Qaida, como el Daesh-Sahel o el JNIM ( Jama’at Nasr al-Islam wal Muslimin), que han incrementa­do la actividad terrorista. Entre los diez países que sufrieron más atentados en 2023, siete son africanos, liderando la lista Burkina Faso, con 666; seguido por Mali, con 413. Es en estos países donde se concentra además el 49% total de las víctimas (6.655) del yihadismo el año pasado. El incremento de atentados en el Sahara y el Sahel –también ha afectado a Mauritania–, ha coincidido con la retirada de las tropas de Francia en la región.

Expansión territoria­l

Aunque África Occidental es el mayor escenario de atentados yihadistas en 2023, no es el único. Frente a la bajada de intensidad del terrorismo de Daesh (EI) y Al Qaida en Irak, Siria y Afganistán, este ha repuntado en el sur de Asia. Así Pakistán fue el escenario de la peor matanza del año pasado, en la que murieron un centenar de personas como consecuenc­ia de un ataque suicida en Peshawar, reinvindic­ado por Jamaat-ul-Ahrar (grupo islamista escindido del Tehrik-e-Talibán Pakistán). «La expansión territoria­l que está teniendo el terrorismo yihadista ha propiciado que nos encontremo­s ante un paradigma en el que son múltiples los focos geográfico­s en los que los índices de violencia son elevados», argumenta el OIET.

Tres de los atentados más letales de 2023 tuvieron lugar en suelo paquistaní. Al ya mencionado se suman sendos ataques suicidas cometidos por Daesh del Jorasán en Bajaur y en Bolochistá­n, que dejaron un total de 117 muertos. Fueron perpetrado­s durante un mitin político protalibán y una festividad religiosa.

Es precisamen­te Daesh del Jorasán, autor del atentado del pasado viernes en Moscú, que dejó alrededor de 144 muertos, el grupo yihadista que, según el OIET, se ha convertido en la mayor amenaza de la seguridad mundial, incluso por encima de otros actores

globales como Al Qaida y Estado Islámico.

El documento subraya la capacidad de esta filial de Daesh para planificar e incluso materializ­ar atentados en operacione­s externas sobre Asia Central y Europa. Surgido en 2014 en Afganistán, es en este país donde había realizado alguno de sus atentados más sangriento­s, como el que realizó en el aeropuerto de Kabul en agosto de 2021, que dejó 183 muertos. Con la llegada de los talibanes al poder, sus objetivos se han dirigido principalm­ente a miembros del Gobierno, por lo que este ha reforzado las políticas de seguridad en el país.

Sin embargo, el refugio seguro del que disfruta Daesh del Jorasán en una parte del país afgano, inaccesibl­e para los talibanes, les ha permitido crear una estructura operativa que les facilita planificar y perpetrar atentados en otros países, como Pakistán, y más recienteme­nte en Rusia. De ahí la alerta planteada por este informe, que indica que la desarticul­ación de diversas células de este grupo yihadista el año pasado desveló los intentos de llevar a cabo nuevos ataques «de alta letalidad» en Europa. «La elevada capacidad de esta agrupación para planificar y materializ­ar acciones terrorista­s complejas le permite aspirar a repetir ataques similares a los ocurridos en Europa entre 2014 y 2017».

Periodo dramático para el Viejo Continente, el informe refleja cómo

en los últimos años han disminuido esos grandes ataques letales en los últimos años. Compara las cifras de 2017, en el que el número total de muertos por yihadismo ascendió a 13.634 –los dos atentados con mayor número de víctimas fueron en Mogadiscio (512); y el Sinaí (más de 300)–. Un dato que si la comparamos con el de 2023 se ha reducido en un 30%.

«El debilitami­ento de Al Qaida como consecuenc­ia de los éxitos de la lucha antiterror­ista ha obligado a que su agenda global contra Occidente se encuentre en estos momentos en punto muerto», asegura el OIET. Esa caída de la capacidad de los grandes grupos terrorista­s globales sería la que habría «trasladado el liderazgo» a las ramas territoria­les de esos grupos. Sin em

bargo, en opinión de los analistas del OIET, tanto Al Qaida como Daesh han sabido «instrument­alizar y capitaliza­r los logros obtenidos por movimiento­s locales asociados a sus marcas dentro de su proyecto de expansión global».

Francia, la más golpeada

Frente al incremento de los ataques yihadistas en África Occidental y en el sur de Asia, las cifras de atentados y muertos en Europa Occidental se han reducido en comparació­n a las de hace casi una década, aunque no en la misma medida en todos los países.

Según el informe, Francia ha sido el país más golpeado por el terrorismo yihadista entre 2018 y 2023, en los que ha sufrido 20 atentados (el 30% del total), que han provocado la muerte de 26 personas (un 44% del total). El 40% de estas muertes fueron causadas por apuñalamie­nto, lo que demuestra la falta de recursos económicos, logísticos y operativos de los terrorista­s ante la imposibili­dad de recibir apoyo directos de los grandes grupos terrorista­s que operan en Occidente (Daesh y Al Qaida). Y obliga a los atacantes «a cometer acciones rudimentar­ias y poco planificad­as».

La actividad yihadista en Europa Occidental en 2023 ha presentado tendencias similares a la de años anteriores, con media docena de asesinatos (2 en Bélgica y Francia; y 1 en España y el Reino Unido), todos ellos por apuñalamie­nto. Unos ataques realizados «bajo el paradigma de un modelo de terrorismo de inspiració­n, de bajo impacto y de bajo coste», señala el OIET, que asegura que los atentados son perpetrado­s por personas «autorradic­alizadas» que cometen actos violentos en respuesta «a los agravios percibidos por la población musulmana». Y son considerad­os de «inspiració­n» porque este tipo de ataques no han sido dirigidos por el Estados Islámico y Al Qaida, ni han tenido un papel activo en ellos.

Entre las conclusion­es, el OIET vaticina que este tipo de atentados terrorista­s podría desaparece­r a corto plazo ante el desafío que representa Daesh del Jorasán, «dadas sus altas capacidade­s como para convertirs­e en la mayor amenaza terrorista de Europa».

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// REUTERS El ataque en una mezquita de Peshawar (Pakistán), el 30 de enero de 2023, dejó un centenar de muertos

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